Jueza riojana ordenó cambiar el nombre de una mujer, por el que era sometida a bullying

Por medio de esa acción judicial busca ser reconocida socialmente de otra manera. La magistrada interviniente hizo prevalecer su derecho a la identidad y la perspectiva de género

La jueza unipersonal N° 1 de La Rioja, Paola María Petrillo de Torciví, ordenó al Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas que en forma urgente y como trámite prioritario rectifique partida de nacimiento y todo título o asiento registral en su poder de la actora, para que ésta quede identificada con el nombre solicitado (reemplazando el segundo nombre por otro); y que expida un nuevo DNI.

En la causa “B, Rn c/ A, Mf – Cuestiones relativas al Nombre, Estado civil y Capacidad de las personas”, la accionante inició una acción solicitando se le autorice a modificar su prenombre debido al acoso (bullying) que por él sufría desde pequeña.

La mujer narró que desde que comenzó la escuela primaria recibió constantes burlas de sus compañeros por su segundo nombre, por lo que no quería concurrir al centro educativo, ya que cada vez que se tomaba asistencia sentía vergüenza. Ya en la secundaria, solicitó a todos que la llamaran de otro modo, y estando en la universidad decidió iniciar la acción.

La jueza explicó que el caso estaba vinculado con el derecho a la identidad y con el nombre, y que por ser mujer, además, debía ser analizado con perspectiva de género.

La magistrada se refirió a las dos dimensiones del derecho a la identidad (estática y dinámica) y concluyó en que el nombre era abarcado por ambas dimensiones porque, además de ser un atributo de la personalidad, acompaña a la persona en su proceso de construcción de identidad, siendo un instituto que “interesa al orden público” y que se considera un “derecho humano fundamental”.

En el fallo también se consideró que el nombre, que anteriormente era inmutable por regla, ahora esa idea de inmutabilidad debía ser reemplazada por la de estabilidad, lo que se traducía en que hoy “se admite que se introduzcan cambios al nombre, cuando existen razones justas y justificadas, que provocan un menoscabo a quien lo lleva en algún aspecto de su identidad, siempre que no se lesionen principios de orden público y de seguridad”.

Modificaciones

Petrillo de Torciví señaló que estas modificaciones son posibles si existen “justos motivos”, que en el caso se observaban por el padecimiento sufrido por la actora ante un prenombre objeto de burlas; y que además, en el caso, desde la secundaria la actora se hizo llamar por otro nombre, con el que a la fecha es social y públicamente conocida; y que está segura de la decisión de cambio.

En conclusión, luego de corroborar que no registraba antecedentes penales ni deudas pendientes de cobro o cautelares o juicios en su contra, el tribunal concluyó en que no se afectarían intereses públicos ni de terceros con la decisión, por lo que correspondía hacer lugar a la pretensión.