Imponen multa de $250.000 a un empleado municipal por acoso sexual contra una subordinada

El tribunal analizó el contexto de la situación y confirmó la condena dispuesta contra el demandado, quien, en los hechos -y aun sin un nombramiento formal- se desempeñaba como superior jerárquico de la víctima demandante

La Cámara 2ª de Familia de la ciudad de Córdoba rechazó el recurso de apelación contra la resolución que tuvo por configurada una trama vincular de violencia de género de tipo psicológica y sexual en la modalidad laboral, de la que resultó víctima la demandante y le impuso al demandado el pago de una multa de $250.000. Además, dispuso que éste asista obligatoriamente a un tratamiento especializado para concientizarse respecto de la problemática, debiendo acreditar asistencia y continuidad en el plazo de 15 días.

La alzada integrada por las vocales Fabián Eduardo Faraoni y Graciela Melania Moreno Ugarte indicó que del decisorio en crisis se evidencia que la preopinante pondera -con perspectiva de género- las pruebas colectadas en el proceso, concluyendo que las partes laboraban en el mismo espacio físico, que R. V. ocupaba un cargo que, en los hechos, era jerárquicamente superior al de la accionante, que fue utilizado por el nombrado como una forma de ejercicio de poder y manipulación dada la función y los roles desempeñados por ambos en el área laboral compartida, resultando la mujer víctima de violencia sistemática de tipo psicológico y acoso sexual en el ámbito laboral.

Subordinación

La cámara indicó que, si bien el hombre adujo la inexistencia de subordinación entre las partes, desde que él ejercía una función “de hecho” y de coordinación de las tareas del área, no pudiendo sancionar ni mucho menos trasladar a los agentes, lo cierto es que la subordinación existió más allá de lo que fuera sólo en el plano fáctico.

En el punto se reparó que justamente ante lo informado por la Municipalidad de Córdoba, en cuanto a que el cargo que desempeñaba el hombre al momento de los hechos era el de coordinador o encargado de hecho del Área de Eventos Masivos de la Subsecretaría de Deportes de la comuna, el tribunal cuestionó si la falta de una designación formal en el cargo conlleva inexorablemente sostener la falta de superioridad, concluyendo en la existencia de dicho rol ejercido por el denunciado.

Los jueces apuntaron que, luego de un prolijo análisis al respecto, se analizaron tres hechos puntuales: 1) la fiesta de fin de año de 2018; 2) el contacto físico no deseado, del que habría sido víctima la mujer, y 3) el episodio en el que hubo contacto físico frente a terceros.

Gravedad

Así las cosas, después de una revisión de la prueba presentada, la cámara indicó que, en cuanto a la existencia y gravedad de los hechos denunciados y con base en la prueba testimonial, se determinó que el demandado mantuvo con la mujer “un vínculo sostenido por el acoso, la manipulación y referencias e insinuaciones de tipo sexual relativas al cuerpo, la ropa, etc.” que excedió con creces el límite aceptado en una relación de tipo laboral, resultando así -claramente- que la denunciada fue víctima de violencia psicológica y sexual.

Asimismo, los magistrados valoraron que el informe efectuado por un equipo de trabajo con formación especializada, capacitado y organizado para responder a este tipo de conflicto, “luce consistente y adecuado, sin que la confusión en orden al tipo de relación laboral que mantenía la denunciante al tiempo de los hechos (contratada o personal efectivo) en modo alguno incida en el contenido de las conclusiones de los expertos; y, en lo decidido luego por la a quo, desde que la naturaleza del vínculo laboral no es lo que condiciona la existencia de la relación de poder jerárquico y la violencia de género desplegada, suficientemente acreditada en la causa según ya se especificó”.

Postura

Asimismo, el fallo valoró que no puede soslayarse que la postura del accionado frente al tribunal, centrada en que las referencias fueron interpretadas forzadamente a favor de la mujer y en contra del hombre, pretendiendo para ello desdibujar el contexto en que se desarrollaron los hechos con interpretaciones subjetivas y parcializadas de las pruebas arrimadas al proceso incidental, revela una vez más lo ya afirmado por la intervención interdisciplinaria efectuada en el sentido de que el demandado “intenta minimizar y justificar -estérilmente, por cierto- su reiterado comportamiento laboral frente a la denunciante, marcado por un trato estereotipado, discriminatorio y violento desde lo psicológico y lo sexual hacia la mujer, que acertadamente el fallo que aquí se confirma visibiliza y procura revertir con las medidas adoptadas por la juzgadora”.

Autos: "Cuerpo de copias de los autos ‘V., R. - Denuncia por violencia de género - Expediente Nº 8927336’ - s/ Recurso de apelación - Cuerpo de Apelación" (Expediente Electrónico N° 10407597)