ESCUCHARLa Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Azul confirmó que el accidente ferroviario en el cual un menor de edad resultó lesionado fue su culpa, ya que se acercó imprudentemente al tren en movimiento.
Así, en autos “C. F. y otro c/ Ferrosur Roca SA s/ daños y perjuicios”, respaldó el rechazo de la demanda por daños deducida por los actores, a raíz de las secuelas que sufrió su hijo luego de ser embestido.
Tanto para el a quo como para la alzada, el accidente ocurrió porque el menor se acercó con su bicicleta excesivamente a la formación en movimiento y, por alguna razón desconocida, cayó a las vías.
En tanto, enfatizaron que en la causa no se probó la versión brindada por los reclamantes, según la cual la formación tenía un hierro que sobresalía, que enganchó el canasto de la bicicleta del joven.
“En la específica responsabilidad objetiva por los daños causados a terceros no transportados por los trenes en movimiento, los dos principios medulares que rigen la cuestión son los siguientes: que el tren circula por una vía fija, sin posibilidades de maniobrar y con evidentes dificultades en su frenado; y que el automovilista o peatón tiene la obligación de cerciorarse si viene algún convoy y esperar su paso”, reseñó la alzada.
“De la confrontación entre lo alegado en la demanda (que el daño provino del accionar riesgoso de un tren en movimiento que tenía un hierro saliente que atrapó y enganchó a la víctima) y lo decidido (que el niño se cayó de su bicicleta sobre las vías) no ha sido cuestionado de modo suficiente como para considerar que el escrito recursivo revista la condición jurídica de expresión de agravios, razón por la que los argumentos nucleares de la sentencia se encuentran firmes”, concluyó la Cámara.
