Establecen precisiones sobre la exhibición de documentación laboral

La Sala X de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo recordó que la presunción prevista en el artículo 55 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) sólo se torna operativa demostrada la existencia del vínculo laboral [privado]

Dicho artículo versa sobre la exhibición de la documentación laboral por parte del empleador y prevé que la falta de exhibición o requerimiento judicial o administrativo del libro, registro, planilla u otros elementos de contralor previstos por los artículos 52 y 54 “será tenida como presunción a favor de las afirmaciones del trabajador o de sus causa-habientes, sobre las circunstancias que debían constar en tales asientos”.

En la causa “López, Rocio Soledad c/ Brizuela Nelson y otros, despido” la jueza de grado desestimó el reclamo interpuesto por la demandante, por considerar que ésta no logró probar que trabajó para los demandados, dado que no se demostró que los accionados tenían participación en la explotación del comercio "El Bodegón de Olivera".

Al apelar esa decisión, la actora sostuvo que en el fallo de grado se omitió considerar que los accionados no exhibieron documentación al perito contador designado en la causa, extremo que acreditaba según su interpretación, "a tener por acreditada la prestación de servicios en favor de los accionados".

La Sala, integrada por los jueces Gregorio Corach y Daniel Eduardo Stornini señaló que la presunción prevista en el artículo 55 LCT "sólo se torna operativa una vez demostrada la existencia de un vínculo laboral entre las partes".

Por otro lado, los camaristas recordaron que "si bien la máxima "testis unnus, testis nullus" ha sido superada en el derecho procesal moderno, para que el testimonio único sirva de base a una decisión judicial, para que forme la convicción judicial, debe exhibir gran objetividad, conocimiento personal directo de los hechos y la declaración debe lucir precisa, detallada y muy bien fundamentada, única manera de que transmita la convicción que los magistrados necesitan".

Sentado ello, la propia recurrente reconoció que el único testigo que declaró en la causa a su propuesta afirmó que "no conocía a los codemandados B. y F. y desconocía quién era el dueño del local donde trabajaba la actora por lo que sus dichos no pueden servir de fundamento de una sentencia condenatoria".

Así, y dado que no se invocó ningún elemento que llevara a tener por demostrada la prestación de servicios por parte de la señora L. a favor de los accionados, los jueces confirmaron lo resuelto en la sede de origen.