Desestiman vínculo laboral entre arquitecto y constructora para la que prestó servicios eventuales

La Sala 6ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba rechazó totalmente la demanda entablada un arquitecto en contra de la firma Lanfranconi Giordano SRL y sus socios, al entender que no existió una relación de dependencia entre las partes, ya que el accionante prestó tareas como profesional independiente para sólo una obra de la empresa y que, además, existía un vínculo comercial por ser el demandante hijo del propietario del corralón ferretería que le proveía material.

El profesional manifestó que la supuesta relación laboral no estaba registrada, conforme la ley 24013, lo que implicaba la ausencia de aportes a la seguridad social y obra social, entre otras, y narró que fue despedido verbalmente, por lo que intimó al pago de la liquidación final y la debida registración, como así también la entrega de la certificación de servicios.

La empresa y los socios negaron la relación dependiente y como realidad de los hechos afirmaron que el arquitecto fue contactado por su pareja -también arquitecta- para la ejecución de una obra privada cuya dirección técnica llevaba ella, mencionando otro juicio laboral que esa profesional los demandó.

La demandada afirmó que el actor estaba al frente de su propia cuadrilla de trabajadores de la construcción y colaboraba en la atención de la ferretería o corralón de materiales de su padre, en el mismo horario que denunció como trabajando a sus órdenes.

Al resolver, el tribunal integrado por el vocal Tomás Sueldo indicó que resultaban dirimentes “ las declaraciones de los testigos propuestos por ambas partes, en especial, los dichos del testigo A. S., quien se desempeñó durante nueve años como contador de la empresa accionada por lo que tenía conocimiento del movimiento, ingresos y egresos de la firma, quien identificó al accionante como el ‘marido’ de la arquitecta L. S. respecto de quien dijo que sí trabajaba en el domicilio (...) , cumpliendo un horario de 8 a 17 hs. como el testigo ”.

Ese testigo añadió que “ tanto el deponente como la Arq. S. facturaban como monotributistas ” y en cuanto a la labor del actor dijo que “ su novia’ lo presentó a la empresa para que se hiciera cargo de la obra (...) porque el contratista anterior le había fallado (...), sin poder precisar quién había realizado el proyecto ”, a lo que sumó que la demandada aceptó “ que el Arq. R. se hiciera cargo de la ejecución con su propia cuadrilla de obreros de la construcción ”.

Administración

Respecto de la administración de la obra, el juez indicó que el testigo expresó que ese cometido lo efectuaba la empresa y que en eso “ también tuvo participación el accionante, ya que (...) trabajaba en la ferretería de su padre, quien aportaba los materiales, que le cobraban a la (...) accionada ”.

En el contexto reseñado, el vocal sostuvo que “ no sólo la prestación de labores con subordinación económica, jurídica y -principalmente- técnica, dada la calidad profesional del accionante -arquitecto-, quedó huérfana de sustento probatorio, sino que fue expresamente desvirtuada por las declaraciones de los testigos ”.

En ese sentido, el tribunal destacó que la prueba oral corroborada por las informativas relacionadas y valoradas anteriormente, “ ratifica plenamente la posición de la parte demandada que ubica al accionante como un profesional de la arquitectura que presta servicios en forma autónoma e incluso realizaba simultáneamente una actividad comercial junto con su padre en un negocio afín al rubro de la construcción, todo lo cual quedó demostrado en este proceso ”.

En definitiva, Sueldo concluyó que “ no se verificó sujeción a directivas o facultades disciplinarias propias de un empleador a un trabajador y la modalidad de las prestaciones que desarrollaba (el accionante) , únicamente en la obra de un cliente (...) no implicaba estar sujeto a horarios de trabajo, ni haber percibido salarios durante su ejecución, lo que disipa las notas de la existencia de una relación regida por la Ley de Contrato de Trabajo (arts. 21, 22 y cc) e indica autonomía en la administración y disposición de su tiempo de labor profesional ”. Por lo tanto, en el fallo se resolvió el rechazo de la demanda en todas sus partes.

Responsabilidad

Luego, en cuanto a la responsabilidad solidaria pretendida respecto de los socios, el juez sostuvo que en el caso se verificó que el accionante no era un trabajador en relación de dependencia con la sociedad accionada, de modo que “ también quedó sin sustento probatorio que la actuación de ente encubriera la consecución de fines extra societarios, constituyera un mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe, o para frustrar derechos de terceros, que justificara la inoponibilidad del tipo social y la extensión de la condena ”.

En tales condiciones, en la sentencia se dispuso que se desestime la acción dirigida contra las personas físicas A. F. G. L., socio gerente y titular de 99 % de las acciones, y de M. P. G. L.