Desarme civil: pese al plan de Biden, Texas avanza para liberar la portación de armas casi sin necesidad de permisos

El primer mandatario estadounidense definió al flagelo de la violencia armada como una epidemia. Lanzó un paquete de medidas que, entre otros objetivos, busca endurecer el control de la venta de kits para la fabricación de artefactos caseros, sin número de serie, conocidas como ghost guns

En Estados Unidos, Texas es una de las jurisdicciones que resiste al intento del presidente Joe Biden de poner en marcha acciones de desarme civil. [privado]

En ese Estado, gobernado por el republicano Greg Abbott, está a punto de comenzar a regir una normativa que elimina la necesidad de tener un permiso para portar armas en público: sólo falta la firma del Abbott para que se promulgue la denominada “reforma HB1927”, que fue aprobada el domingo por el Congreso local.

A principios de abril, ante la ola de tiroteos, Biden dijo que había llegado la hora de frenar “la epidemia” de violencia generada por las armas y lanzó medidas federales para hacer más difícil la posesión. Una veintena de Estados republicanos criticó el plan. Iowa y Tennessee iniciaron la tendencia y en ambos los permisos no serán necesarios desde el 1 de julio.

Uno de los principales obstáculos para el desarme civil en Estados Unidos es la oposición de quienes consideran que vulnera la Segunda Enmienda de la Constitución, redactada en 1791, después de la guerra de independencia.

El mandatario demócrata lanzó un paquete de medidas que, entre otros objetivos, busca endurecer el control de la venta de kits para la fabricación de armas caseras, sin número de serie, conocidas como ghost guns (armas fantasmas).

Anunció su iniciativa mientras la legislación más ambiciosa en la materia, que incluye la restricción de adquisición de armas de asalto, sigue estancada en el Congreso y aunque asumió que se trata de un debate difícil en el país, sostuvo que se impone combatir los tiroteos indiscriminados.

Estados Unidos tiene 330 millones de habitantes y hay más de 400 millones de armas en manos de ciudadanos.

Planteó un punto de partida para mitigar la problemática y anunció acciones ejecutivas destinadas a problemas concretos. Le ordenó al Departamento de Justicia que presente un proyecto de trabajo para frenar el incremento de las “armas fantasmas”, que se ensamblan en poco más de media hora a partir de un juego de piezas y no se pueden rastrear.

Bandera roja

También le reclamó que establezca un modelo de legislación llamado de “bandera roja” para los Estados, para permitirles a los familiares o a las fuerzas del orden solicitar una orden judicial que les prohíba a las personas en situación de crisis acceder a armas de fuego si representan un peligro para ellas mismas o para los demás.

Durante la campaña, Biden -defensor de una ley que durante 10 años, entre 1994 y 2004, prohibió el uso de armas de asalto fuera del ámbito de las fuerzas de seguridad- prometió reactivar esa legislación, así como el veto al comercio de armas en Internet

Los especialistas alertan sobre el giro que algunos Estados conservadores tomaron respecto a la segunda enmienda en los primeros meses del ingreso del demócrata Biden a la Casa Blanca.

Ahora, Texas también liberará la portación de armas, un paso que demócratas y activistas rechazan.

Hasta el momento, basta con que el sheriff del condado, la policía local o estatal den el visto bueno a los mayores de 21 años tras una revisión de antecedentes y una toma de huellas dactilares.

La habilitación dura cinco años. Para acceder basta un curso práctico de seis horas, un examen escrito y una prueba de tiro.

Las autoridades otorgaron más de 1,5 millón de permisos en Texas, que son válidos para portar pistolas en otros 37 Estados, pero que no tienen validez en lugares como hipódromos y aeropuertos.

La iniciativa de Abbott fue aprobada por las mayorías republicanas en la Cámara de Representantes y el Senado de Austin y elimina los requisitos. Bastará con tener 21 años y hacer un curso gratuito en línea. Sólo hay una enmienda que endurece penas para quienes porten armas teniendo antecedentes penales o de violencia doméstica.

El diario Texas Tribune publicó el lunes un sondeo que señala que 59% de los habitantes del Estado, de 29 millones de personas, cree que los permisos de portación deben continuar vigentes. La cifra entre republicanos se reduce a 39% y 59% pide eliminarlos.

Las policías locales acudieron en abril al Congreso para rechazar la norma, pero no fueron escuchadas.

Manifestaron que -por las seguridad de los ciudadanos- querían asegurarse de que todo aquel que porte un arma de fuego esté bien entrenado, siga las medidas básicas y entienda la importancia de la responsabilidad al usar un arma.

Los legisladores republicanos, en síntesis, consideraron que el entrenamiento y los permisos obstaculizan el derecho constitucional a portar armas, avalado por la Segunda Enmienda.

Horas

A horas de que Biden se pronunciara sobre el plan de su Administración para las armas fantasmas, tal como prometió durante la campaña electoral, se registró un nuevo tiroteo en el país, en Texas, en el cual un hombre abrió fuego en contra de cinco personas en la ciudad de Bryan y mató a una.

Luego del episodio, Abbott manifestó en un comunicado que el Estado colaboraría en el proceso penal en contra del tirador.

Poco antes, Abbott había criticado las medidas de regulación que anunció Biden y dijo que el mandatario “amenazaba derechos”.

También afirmó que no permitiría la implementación de las normas en Texas y adelantó el dictado de una legislación local, con el fin de blindar a la jurisdicción del decreto presidencial.

California

El miércoles, al menos 10 personas murieron en un tiroteo ocurrido en una instalación de transporte público del tren ligero de la ciudad de San José. Se trató de un nuevo caso de violencia derivado del uso de armas de fuego. El autor del hecho era empleado de la empresa, disparó en el marco de una reunión sindical y se suicidó. Mientras las autoridades locales reportaban el saldo de víctimas, la subsecretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, informó que el gobierno estaba "monitoreando la situación". Estados Unidos tiene una historia trágica de violencia con armas de fuego, marcada por una constante de tiroteos y asesinatos en escuelas, lugares de trabajo y centros comerciales.