Autodespido de empleada de colonia de vacaciones fue prematuro e injustificado

Expuso supuestos hechos y razones que no pudo acreditar, por lo que el tribunal concluyó que su determinación -darse por cesanteada- no tenía razón de ser y rechazó sus pretensiones

Al evaluar que la trabajadora accionante no cumplió con los debidos apercibimientos previos para darse por despedida, sumado a que tampoco probó los supuestos malos tratos recibidos de parte de la patronal ni un ejercicio abusivo de las condiciones de trabajo, la Sala 6ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba consideró injustificado el despido indirecto en el que se colocó la demandante y rechazó admitir los rubros indemnizatorios reclamados en contra de de Unión Ferroviaria Colonia Turística Evita y la persona física demandada, Roque Alberto Gómez.

Jaqueline de Lourdes Rodríguez presentó demanda laboral en la que relató que ingresó a trabajar para la colonia demandada el 18/9/2013, para realizar tareas de preparado de comida, especialmente en la temporada, así como de limpieza de utensilios, chalets, pisos y baños, en jornada de miércoles a lunes de 7,30 a 15,30, recibiendo siempre órdenes del codemandado Gómez, desconociendo si era el administrador o concesionario del lugar.

La mujer dijo que los malos tratos eran moneda corriente en el lugar de trabajo, tanto para ella como para el personal de la colonia, consistentes en insultos y agravios, lo que le fue generando estrés laboral con graves consecuencias psicológicas.

Embarazo

Rodríguez señaló que el 8/6/2016 comunicó a la empleadora su embarazo, que el día 15 de ese mes notificó a la patronal que se le indicaba reposo por amenaza de aborto y añadió que, de modo intempestivo y arbitrario, la demandada decidió cambiarle la jornada para la tarde, sabiendo la complicación que le demandaba trasladarse.

La accionante indicó que el 3 de julio de 2016, mientras limpiaba la capilla del lugar que, según acotó, mide 10 x 10 metros, fue apercibida junto con su compañera Laura Arias Quintero por no haber realizado esa tarea en profundidad, manifestando que por la severa angustia padecida tuvo que ir al médico ginecólogo que la trataba, quien la derivó a un psicólogo que le diagnosticó una crisis de ansiedad que ponía en riesgo su embarazo, detallando las causales de origen laboral que motivaron su cuadro de salud.

Finalmente, la mujer expresó que decidió por tal motivo colocarse en situación de despido indirecto el 11/7/2016 por exclusiva culpa patronal, sin recibir respuesta alguna, por lo que intimó el pago de las indemnizaciones de ley.

Prueba

Al pronunciarse sobre el caso, el tribunal integrado por la vocal Nancy El Hay, después de evaluar la prueba rendida, señaló que ante la ausencia de Rodríguez tras vencer el término de la licencia determinada por su galeno, fue intimada por la empleadora a reintegrarse a sus quehaceres, lo cual no acató, aunque aludiendo sus compañeros de trabajo ello estaría motivado en la presentación de otras constancias que justificaban su ausencia por salud.

En esa dirección, la magistrada precisó que, sin que medie elemento alguno que denote mal trato, intimación a trabajar por discrepar del galeno de confianza de la trabajadora o, como se endilga, cambio de jornada que le imposibilitaba continuar prestando servicios, Rodríguez, sin intimación previa, denunció el contrato.

De ello la jueza derivó que, de la transcripción de epistolares efectuada y lo depuesto ante el tribunal, el despido indirecto en que se colocó la accionante “carece de justificación, habiendo tomado la decisión de modo prematuro”. Además, la sentenciante reiteró que no se acreditaron en autos maltratos o cambio intempestivo de horario en ejercicio abusivo del ius variandi.

Principios

Así las cosas, la magistrada sostuvo que, tal como lo menciona la demandada en autos, teniendo en cuenta los principios de conservación del empleo y de buena fe establecidos en los artículos 10 y 63, respectivamente, de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), y en atención a la respuesta brindada por la empleadora, la decisión de la reclamante de considerarse indirectamente despedida resultó apresurada, sin mediar emplazamiento previo a fin de posibilitar una respuesta favorable a su pretensión que revirtiera las conductas que cuestionaba Rodríguez.

Por lo expuesto, en el fallo se interpretó que la disolución del vínculo laboral por parte de la trabajadora resultó injustificada, conforme lo establecido en los artículos 242 y 246, LCT, razón por la cual se resolvió que el reclamo no podía prosperar.

Finalmente, la vocal destacó que el autodespido propiciado por la trabajadora carece de anticipo de plazo mínimo de emplazamiento por dos días hábiles dispuesto por el artículo 57, LCT, omitiendo interpelación previa a fin de obtener el cumplimiento de la obligación reclamada.