ART debe indemnizar la sobrecarga del uso de la voz

Con base en el informe del médico especialista oficial, el tribunal admitió que las tareas en atención al cliente de la demandante en el call center establecían un nexo causal con la patología reclamada [privado] Al considerar que se encontraban reunidos los requisitos para su procedencia, la Sala 1ª de la Cámara del Trabajo admitió la indemnización fundada en la Ley de Riesgos del Trabajo (LRT), por entender que las enfermedades profesionales denunciadas por la actora - relacionadas con la sobrecarga del uso de su voz- tenían relación causal con las tareas prestadas en el servicio telefónico de atención al cliente, por lo cual se condenó a la demandada Galeno ART al pago de las la incapacidad diagnosticada por la pericia médica oficial. Ana Carolina Forchino reclamó el pago como consecuencia de padecer "disfonía crónica irreversible; esbozo nodular en cuerda vocal derecha y glotis con hiatus longitudinal" -calificadas como enfermedades profesionales- que le ocasiona una incapacidad parcial y permanente de 24 % de la TO. Manifestó que ingresó a trabajar el 2 de marzo de 2013 a las órdenes del call center empleador (usuarios de la empresa Movistar), desarrollando tareas que se efectuaban exclusivamente por medio de canales telefónicos. Dispositivo Precisó que para ello disponía de un dispositivo “head-set” -auricular y micrófono-, de lunes a domingos de 8.30 a 14.30, con un franco rotativo semanal y afirmó que el intenso ritmo y las condiciones en que se desenvolvía le generaron una sobrecarga del uso de la voz, por lo que, a mediados de mayo de 2014, comenzó a sufrir disfonía. Narró que hizo la denuncia ante la ART, que le otorgó alta médica sin reconocerle incapacidad alguna, por lo que presentó demanda. "Dentro del agente de riesgo sobrecarga del uso de la voz, que fueron precisamente las enfermedades que le diagnóstico el perito oficial en función del examen clínico practicado a la actora y de los estudios médicos". El vocal Enrique Andrés María Rolón indicó que el experto oficial dictaminó que la actora padece de "disfonía crónica disfuncional, con leve eritema en ambas cuerdas vocales y esbozo nodular en la derecha, hipertonía vestibular antero posterior, glotis con hiatus longitudinal. Laringe con edema y congestión difusas, evoca laringitis irritativa crónica". El fallo consideró que restaba entonces establecer si dichas patologías constituyen enfermedad profesional y la relación causal entre las tareas y la incapacidad de la actora. Relación En esa dirección, el magistrado sostuvo que con relación a "disfonía crónica disfuncional" y "eritema en ambas cuerdas vocales y esbozo nodular en la derecha", el decreto 658/96 las contempla como "disfonía persistente que no remite con el reposo y que se acompaña de edema de cuerdas vocales" y "nódulos de las cuerdas vocales", dentro del agente de riesgo "sobrecarga del uso de la voz", que fueron precisamente las enfermedades que le diagnóstico el perito oficial en función del examen clínico practicado a la actora y de los estudios médicos. El juez remarcó que el agente de riesgo "sobrecarga del uso de la voz" fue expresamente invocado por la actora en su demanda. La Sala indicó que en lo concerniente a la relación causal entre las tareas de la actora y la patología aludida, “se resalta que el listado de enfermedades profesionales para el agente de riesgos aludido, precisa que dentro de las actividades que generan exposición al mismo, se encuentran los telefonistas, que es la actividad denunciada por la actora, más precisamente en su lugar de trabajo en el que se atienden llamadas de clientes de otras empresas”. El decisorio remarcó que la actividad profesional o tareas de la actora y la presencia de estos agentes de riesgos fueron corroborados por la testimonial producida en autos. Pericia Respecto de la relación causal, el vocal dijo que la pericia médica oficial indicó que "los esfuerzos realizados por su órgano de fonación han sido el agente causal de su patología, por estar presente en la relación de causalidad entre las tareas que realizó y las patologías que presenta" y que las "secuelas funcionales que presenta el mismo queda en relación con el mecanismo de acción de la exposición del agente de riesgo y debe ser calificada como enfermedad profesional incluida en el decreto 658/96 y que reglamenta la ley 24557". El juez concluyó que conforme los testigos y la pericia médica oficial, se estableció que quedó debidamente demostrada la relación de causalidad referida y “de esta manera se determina que la patología hallada en la actora es una enfermedad profesional, lo que a su vez determina el rechazo de la solicitud efectuada por la accionada tendiente a la habilitación de la repetición del fondo fiduciario de enfermedades profesionales”. En consecuencia, se resolvió hacer lugar a la demanda en contra de Galeno ART SA en concepto de la prestación dineraria establecida en el artículo 14, apartado 2, inciso a), de la ley 24557, texto según ley 26773 y la indemnización adicional contemplada en el artículo 3° de esa norma por las patologías descriptas, que le ocasionaron una incapacidad parcial y permanente de 24,4% de la TO, incluidos los factores de ponderación. Autos: "Forchino, Ana Carolina c/ Galeno ART SA - ordinario - enfermedad accidente (Ley de riesgos)" Expte. n.º 3243270 Descargá el fallo [/privado]

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