ESCUCHAREn el comienzo del juicio en contra por el abuso sexual agravado, en perjuicio de su hija, el imputado Hernán González Rizzi se negó a declarar y siguió el debate en forma virtual, mientras militantes de organizaciones sociales y activistas feministas estuvieron concentradas en la puerta del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 15 de la Ciudad de Buenos Aires para expresar apoyo a Luna y a su madre, Yama Corín.
Marina González, abogada de Yama y Luna, explicó que el acusado no se presentó de manera presencial al inicio del juicio en su contra y estuvo de manera virtual, pero «no declaró», mientras que Luna ofreció un testimonio «muy contundente donde «no dejó dudas de los hechos».
Luego de la declaración de Luna, fue el turno de su madre que, según detalló la abogada, también fue «contundente» y comentó «cómo fue el proceso en el cual ella se fue dando cuenta de los indicadores de Luna y el proceso de develación».
El inicio de la audiencia se dio a las 11.30 en la sede judicial de Lavalle 1171, en el barrio porteño de San Nicolás, y fue presidida por la jueza Virginia Sansone, que integra el tribunal junto con Adrián Martín y Gustavo Pablo Valle.
A lo largo de las audiencias, que se desarrollarán el 8, 10, 15, 22, 24, 29 y 31 de agosto, activistas y funcionarias realizarán distintas actividades en la puerta del tribunal.
Desde temprano, organizaciones como Mundanas, Insurrectas, Conurbanas transfeministas, la Corrientes Política y Social La Colectiva, el Desobrde Educativo y la Mesa contra el Abuso Sexual en las infancias se encontraban en una plazoleta frente al tribunal, a la espera de la llegada de Yama, Luna y su familia.
La ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelen Mazzina, quien estuvo acompañando, expresó que «la búsqueda de justicia para las víctimas de abuso y para las madres que buscan protegerlas es un camino muy difícil, largo y revictimizante».
«Este caso es una muestra más de la necesidad de contar con un Poder Judicial que no criminalice a las madres protectoras, un Poder Judicial que escuche a las infancias y que actúe con celeridad y perspectiva de derechos humanos», apuntó la ministra.
«El caso de Luna lo seguimos hace muchos años. Acá estamos para acompañar a Luna y a Yama en esta pelea de hace muchísimos años y para seguir gritando que con las infancias no. Por eso la importancia de la ESI (educación sexual integral) para que les niñes puedan levantar su voz», dijo Judith Sirota, integrante de la Campaña por el derecho al aborto de la Ciudad de Buenos Aires y de Opinión socialista.
A González Rizzi se lo acusa por el delito de abuso sexual contra su hija y está agravado por tratarse de su progenitor, por ser la víctima menor de edad al momento de los hechos, «aprovechándose de la situación de convivencia preexiste» y porque el delito fue realizado de forma reiterada, según consta en el requerimiento de elevación a juicio. Además, la parte denunciante pide que se trate el delito de «corrupción de menores».
Yama Corín detectó signos de una posible situación de abuso hacia su hija de parte de su progenitor -de quien estaba separada hacía 8 años- cuando Luna tenía 9, lo cual fue confirmado por una terapeuta que consultó, lo que la llevó a radicar una denuncia penal en abril de 2012.
A lo largo del proceso judicial hubo un conflicto con la competencia de la causa porque las denuncias se radicaron en la localidad bonaerense de Morón, pero los abusos fueron en el domicilio del progenitor, en el barrio porteño de Flores.
Tras distintas postergaciones, Luna no pudo declarar en Cámara Gesell ya que recién pudo hacerlo a sus 18 años, en octubre de 2020.
A lo largo de las audiencias declararán «grupos de profesionales», «profesionales de organismos periciales, tratantes de Luna, personas del contexto familiar y de amistad que tenían contacto con ella, personas amigas de la chica con las que ella habló, su núcleo familiar más primario», indicó la abogada Marina González.
La letrada espera que a lo largo del juicio «se la pueda escuchar tanto a Luna como a su mamá en un marco de respeto y de cuidado y de contención después de todo lo que han transitado».
«También que les sirva a ellas, principalmente para poder cerrar de alguna medida todo este proceso», agregó y adelantó que en caso de haber condena, pedirá que la sentencia «sea de cumplimiento efectivo e inmediato».
