Gerardo Siedel, presidente de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) cree que no habrá chances este año de que el ajuste pase por la rentabilidad empresarial. “Siguen subiendo los costos”, dijo. También hizo mención a la necesidad de cuidar el nivel de empleo.
El desempeño de la industria es una de las variables que más se atiende en Córdoba debido a la incidencia casi masiva que tiene en el mercado laboral cada uno de sus vaivenes o altibajos. Sin embargo, los sustos de principios de 2014 parecieron dejar de tener sustento casi al finalizar el ciclo, lo que determinó que –salvo algunos sectores específicos– el año no fuera “de los peores”. Al menos así lo reflejó Gerardo Siedel, presidente de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) en diálogo con Comercio y Justicia.
–¿Cómo evalúan el cierre de 2014?
–Yo diría que las expectativas que teníamos después de haber terminado un año muy malo, casi diría pésimo, se mejoraron bastante, porque si bien el nivel de actividad no fue el mejor, la caída no fue tan marcada, excepto en cuatro sectores marcados en Córdoba como son calzado, madera, indumentaria y el sector automotriz que fue el que más cayó, también producto de que la comparación es contra años récords. Yo creo que lo normal en ese sector debe ser más cercano a la actualidad que al millón de autos que se produjeron en 2013. Por su parte, la madera y la industria del mueble aún están muy afectadas por los incendios que ocurrieron en 2013 y, al no haber reforestación, hay problemas serios de faltante de materia prima y de incertidumbre hacia el futuro. Y con el tema del calzado, ha vuelto a haber problemas con los ingresos de productos desde China que están perjudicando al sector.
–¿Era un sector protegido?
–Tenía barreras paraarancelarias que limitaban los millones de pares que podían entrar, pero en 2014 aflojaron un poquito los controles. Se han hecho los reclamos correspondientes pero, como deben llegar al Gobierno nacional, sabemos que es difícil.
–¿Saben cómo están los planes de producción del sector automotriz?
–No, todavía no se sabe absolutamente nada. Creo que hacia fines de febrero se tendrá un poco más claro el panorama
–¿Y el sector alimentario?
–Ha tenido una leve baja en algunos productos pero no ha sido tan marcada como se esperaba. Si se hace un balance, se puede decir que el comportamiento ha sido razonable.
–¿Qué expectativas tienen?
–La gran incógnita es cuál va a ser la inflación. Algunos hablan de 30%, otros de 40%, y el Gobierno hace mención a que se ubicará entre 15 y 20%. Esto por un lado pone un marco de incertidumbre enorme de cara a las próximas paritarias de marzo, abril y mayo. Y por el otro, afligen las variaciones de costos que siguen en tanto y en cuanto haya inflación. Finalmente, preocupa la pérdida de competitividad enorme que ha sufrido la industria cordobesa por dos razones: el tipo de cambio y los precios de los commodities y sus subproductos que están cayendo en el mundo.
–¿Y no creen que puedan liberarse importaciones a partir de ello?
–Ese tema continua con sus altibajos. Hay meses más difíciles y otros no tanto. Pero creo que no se van aflojar las restricciones que hay en la actualidad. Sigue habiendo quejas de que las aprobaciones de las Declaraciones Juradas de Importaciones Anticipadas (DJIA) han salido a cuentagotas.
–Respecto de las paritarias, ya hay gremios que dicen que pedirán 50%. ¿Qué expectativas tienen y cómo se reflejaron en los presupuestos?
–Justamente, es uno de lo mayores impedimentos para hacer presupuestos porque no hay la más mínima pauta. Hay pedidos disparatados, como el de la UTA que quiere 50%, y otros que arreglaron bonos o plus salariales muy altos como los bancarios, que no se sabe si son a cuenta de futuros aumentos o para compensar la inflación. Igual, abren expectativas que generan preocupación en el sector industrial, ya que el mercado no convalida más aumentos de precios.
–¿El ajuste va a venir por el lado de la rentabilidad?
–Ya vino por el lado de la rentabilidad empresarial tanto en 2013 como en 2014. Pero este año, creo que va a ser muy complicada esa posibilidad.
–El año pasado se mencionó que en las paritarias se negoció la defensa del nivel de empleo. ¿Cree que puede repetirse?
–Exactamente. Creo que defender el nivel de empleo es la primera responsabilidad de toda la industria porque si perdemos empleo, perdemos personal calificado e inversión de muchos años en gente que después cuesta reponer. Por otro lado, la gente que se queda sin trabajo, por más que se la indemnice, es gente que pasa a consumir menos y el mercado se achica aun más. Es la famosa frazada corta que no alcanza ni para tapar los pies, ni para cubrir la cabeza. Además, la otra preocupación está en cómo afrontar este nivel de pedido de aumentos cuando no hay ninguna referencia. El año pasado comenzaron con pedidos de entre 35 y 40%.
Luego salió el Gobierno a presionar para que no se produjeran subas de más de 30%, lo que generó medianamente una pauta. Ahora, si este año el Gobierno va a pretender 15% ó 20%, como se dice por ahí, estamos muy lejos, en polos muy opuestos, y no veo que haya posibilidades de encontrar un punto de equilibrio. Estamos hablando de 15 puntos de diferencia. Además, vamos a tener que ver la pauta que se cierre en el sector público, que el año pasado fue bastante alta después de los problemas de diciembre de 2013.
Crisis de la deuda recuperar crédito
Externo y dinamizar la economíaAl ser consultado sobre el conflicto con los fondos buitres y los posibles beneficios de un acuerdo, Gerardo Seidel prefirió ser cauto. “En realidad no es algo que tomemos muy en cuenta los industriales. Sí, cuando analizamos la macroeconomía”.
Da la impresión de que la expectativa pasa por la posibilidad de recuperar el crédito externo. “Si un arreglo permite que ingresen inversiones y haya un retorno al crédito externo, sin ninguna duda que se dinamizan los sectores como infraestructura y vivienda, con lo que el país ingresa en otro ritmo. Pero nada de eso depende de la industria”, señaló.