Según la entidad, la inflación terminará afectando negativamente el consumo -por caída en el poder adquisitivo del salario-, la inversión -por la incertidumbre- y las exportaciones -por el tipo de cambio-
Muy a contramano del presagio del Gobierno y de algunos otros sectores de la actividad, que anticipan un segundo semestre aún mejor que el primero, un informe de coyuntura del Ieral de la Fundación Mediterránea adelanta que el ritmo de crecimiento de la economía del país difícilmente pueda mantenerse en el tiempo y probablemente converja a tasas menores, quizás a la mitad de las actuales.
Esto, debido a las restricciones que imponen el actual “desequilibrio inflacionario, las restricciones energéticas, la dinámica de las cuentas externas”, como así también la pérdida de fuerza en algunos de los “motores” que permitieron la expansión, se indicó.
De acuerdo con el estudio, el crecimiento se debió tanto a factores de oferta como de demanda. En el primero de los casos, adjudica la mayor responsabilidad a la evolución del sector agrario y su cosecha récord (algo que estima difícil se repita). Los otros dos sectores que más aportaron fueron la industria (representada por las exportaciones a Brasil, que está enfriando su economía) y el consumo (estimulado por el boom del consumo).
Respecto a la demanda, todos los indicadores relacionados con el consumo muestran importante expansión aunque con distinto ritmo, dependiendo de la caída que tuvo cada uno durante el proceso recesivo (bienes de “primera necesidad” con baja elasticidad-ingreso, como supermercados) y viceversa (para los bienes “durables” – alta elasticidad-ingreso, como autos).
Por su parte, la inversión muestra algo similar al consumo. La recuperación es más intensa en los sectores que registraron las mayores caídas durante la crisis (importaciones de bienes de capital). En los otros dos rubros de la demanda (exportaciones y gasto público), la mejora estuvo impulsada por el mundo y la política económica interna.
A estos factores se les suman, según el Ieral, una mejor situación comercial y financiera mundial, una menor salida de capitales que permitió volcarlos al mercado y la política expansiva.
Sin embargo, teniendo en cuenta que los estímulos que provocaron que la demanda resultara superior a la oferta, generando escasez de productos (energía), aumentos de precios (que deterioran los salarios y siembran incertidumbre para inversiones) y mayores importaciones (para suplementar la oferta), el Ieral estima que se verán afectados “los motores” que permitieron la expansión y anticipa así que el creciemiento se frenará, pese a que el Gobierno desee mantener el sesgo expansivo en sus políticas económicas hasta las elecciones.
En ese sentido, prevé que el ritmo de la mejora podría converger en cifras cercanas a la mitad de las actuales.
Capacidad instalada
Un informe de Abeceb.com también explica la preocupación por la llegada al tope en el uso de la capacidad instalada de ciertas industrias y la falta de inversiones en ese sentido, lo que hace prever que se puede producir una mayor presión sobre los precios de, por ejemplo, los productos alimentarios, que son los que precisamente vienen experimentando las mayores alzas en los últimos meses. “También en los rubros de fabricación de bienes intermedios el uso de la capacidad instalada es creciente, mientras que la tasa de inversión no acompaña esta dinámica, lo que indica dificultades para sostener los actuales niveles de demanda.