La administración de Cristina Fernández tiene decidido no tocar la paridad cambiaria, por sus efectos inflacionarios. Buscará detener una avalancha importadora.
El Gobierno nacional concederá diversos beneficios en 2011para paliar los efectos del dólar planchado en las empresas. Funcionarios ya adelantaron que, al igual que este año, se impondrá una política de protección -pero más enérgica- para controlar las importaciones, a lo que se sumará una política crediticia más amplia.
El tema gira en torno a que el billete verde se ha convertido en un ancla para impedir una mayor inflación. El escenario que se prevé es el de una suba de precios de alrededor de 57% y una apreciación del dólar de 5% en el año. Por lo tanto, Argentina estará frente a una inflación en dólares por arriba de 20% por segundo año consecutivo. Esto obligará a medidas alternativas para detener la invasión importadora.
Gran parte del arco industrial reclamó durante 2010 por la creciente pérdida de competitividad, producto de las subas salariales y una caída de la rentabilidad. Al respecto, una encuesta del Observatorio Pyme indicó que nueve de cada 10 compañías perciben como un problema la suba de costos salariales, en tanto que casi 60% alertó que los márgenes de rentabilidad son más bajos que los de hace un año.
Frente a esto, el Gobierno anunciará diversos beneficios para evitar que el desfasaje termine impactando en las estadísticas de producción, las ventas, el empleo y la balanza del comercio exterior.
En lugar de un dólar caro, se ofrecerá un mix de instrumentos para mejorar el clima de negocios.
“El Gobierno hoy no tiene ninguna oportunidad de tocar el tipo de cambio sin que esto repercuta en la inflación. Por eso, está tratando de beneficiar al sector privado con otro tipo de medidas para tratar de diluirles el impacto de la suba de costos y amortiguar la pérdida del colchón de competitividad”, explicó Gonzalo Bernat, de la consultora Finsoport.
Medidas de protección
• Por un lado, levantará un nuevo “corralito” frente a la competencia importada en rubros estratégicos como alimentos y vehículos.
• Un plan de “tolerancia cero” a los bajos precios de bienes importados que llegan al país, para proteger sectores como el textil, indumentaria y electrodomésticos.
• Una amplia oferta de programas de financiación con ventajas en los tipos de interés y plazos por medio de distintos mecanismos.
El Gobierno intentará sostener la producción nacional frente al avance de lo importado, en momentos en que “la industria es la principal perjudicada en este escenario de atraso cambiario”, según destacan en Ecolatina.
La presidenta Cristina Fernández destacó en el marco del acuerdo entre empresarios y el gremio de la construcción, que el Gobierno “va a seguir adelante con su plan de sustitución de importaciones, ya que implica generar trabajo en la Argentina”.
En la misma línea, la ministra de Industria, Débora Giorgi, aseguró que “no hay duda de que estamos sustituyendo lo que antes importábamos y vamos por más”.
En esta línea, se han sucedido diversas reuniones con cámaras empresariales, en las cuales se planteó, por ejemplo, la exigencia a las automotrices que no cuentan con fábricas en el Mercosur, de reducir en 20% el ingreso de vehículos durante 2011.
La ministra explicó en una reunión a puertas cerradas que, actualmente, “la producción regional de vehículos compite más directamente en precio con vehículos producidos extrazona y pidió a las autopartistas argentinas a salir al mundo, reflotando el polémico plan “para importar hay que exportar”, que hizo famoso meses atrás el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Por el lado de los alimentos, el Gobierno ya habría contactado a supermercadistas para que vayan planificando una restricción en el ingreso de algunos productos del exterior para proteger un negocio de US$1.200 millones anuales. Enlatados, galletitas baratas traídas de Brasil, tomates en conserva, fideos y aceite de oliva con sello italiano, son algunos ejemplos. El Gobierno ya elevó el arancel de 14% a 35% para frenar el ingreso de algunas conservas provenientes de Grecia y China.
En la industria del juguete aplicarán un programa de monitoreo y control a nivel oficial para que la importación crezca menos que la industria. Para la industria textil, la Fundación ProTejer destacó que “el Gobierno se muestra muy seguro en mantener la política de administración comercial que permitió sostener el proceso de sustitución de importaciones y crecimiento del mercado interno”.