ESCUCHAREs la estrategia de Brasil, con el desarrollo del nuevo recurso. La Argentina ya avanzó con el diseño de una estrategia nacional
El hidrógeno verde, considerado la energía sostenible del futuro, puede impulsar la industria local de fertilizantes, imprescindibles para los agronegocios, y contribuir a reducir la dependencia del país de las importaciones. La frase precedente, que es válida para la Argentina, también lo es para Brasil, país que ha decidido acoger con entusiasmo la tecnología relacionada con el hidrógeno y que compite con la Argentina por sus beneficios para su economía.
Expertos consultados por la prensa especializada internacional explicaron que el hidrógeno puede generar amoníaco, base para la producción de fertilizantes nitrogenados, aunque al día de hoy sigue siendo hidrógeno de origen fósil, obtenido a partir de gas natural, lo cual resulta «caro y contaminante», según los testimonios recabados.
«Hoy Brasil sólo produce fertilizantes nitrogenados con gas natural, que es muy caro en el país. A veces pagamos cuatro veces más de lo que sería ideal para que los proyectos de nitrógeno fueran viables en el país. Este es el principal obstáculo», comentó Maurício Lopes, investigador de la estatal Embrapa Agroenergia.
Con el hidrógeno verde, explicó, se obtendría amoníaco también verde, lo que favorecería la industria de fertilizantes y reduciría en gran medida las emisiones contaminantes de cara a la descarbonización del país.
«Un área pequeña es capaz de producir los fertilizantes necesarios para satisfacer la demanda interna y también exportar a los países vecinos», dijo Lopes, y recordó que algunas iniciativas centradas en esta producción ya están en marcha en el país vecino.
Avances argentinos
La Argentina ha logrado avances significativos en el uso del hidrógeno verde. En el marco de la COP 26, la Argentina acordó con la empresa australiana Fortescue una inversión de 8.400 millones de dólares para la construcción de una planta productora de hidrógeno verde en la provincia de Río Negro, que podría estar en actividad plena en 2024.
Además, el Ministerio de Desarrollo Productivo destacó en un informe de hace dos años el potencial del hidrógeno verde para el desarrollo del país y anticipó la invitación al próximo Congreso Internacional del Hidrógeno Verde que se realizará en la ciudad de Bariloche en 2024.
El proyecto se enmarca en las acciones iniciadas por la provincia rionegrina a fines de 2020 para desarrollar el potencial en materia de proyectos verdes. La idea es convertir a Río Negro en un polo mundial exportador de hidrógeno verde en 2030, con una capacidad de producción de 2,2 millones de toneladas anuale. Según el ex ministro Matías Kulfas, “Argentina puede ser un gran proveedor mundial de hidrógeno verde, el combustible del futuro”. Nuestro país «tiene capacidad tecnológica y productiva para llegar a 2030 produciendo cerca de 10 millones de toneladas de hidrógeno verde; y para que eso sea posible tenemos que estructurar una demanda internacional consistente, asegurar los mecanismos de financiamiento y por supuesto se requiere de inversión directa”, precisó.
Desde 2021, el Gobierno nacional a través de la Secretaría de Asuntos Estratégicos y del Consejo Económico y Social, se trabajó en el desarrollo de una estrategia y un marco normativo para alinear objetivos y proporcionar incentivos que promuevan el desarrollo de proyectos de hidrógeno y PtX y que concluyó en la presentación, a mediados de septiembre pasado, de la Estrategia Nacional para el Desarrollo de la Economía del Hidrógeno, que guía hoy la promoción de esa industria en el país.
El proceso industrial
El hidrógeno verde se obtiene mediante el proceso de electrólisis del agua, en el que el hidrógeno y el oxígeno se separan utilizando electricidad de fuentes consideradas limpias, como la solar y la eólica.
Según un reporte de la agencia de noticias Xinhua, Natasha Batista, miembro del Laboratorio de Energías Alternativas de la Universidad Federal de Ceará, explicó que el hidrógeno verde ha sido reconocido en el mercado mundial por sus numerosos usos potenciales, que incluyen, por ejemplo, su utilización como combustible generado a partir de fuentes de energía renovables.
«Varios estudios internacionales han señalado a Brasil como uno de los países con más potencial para producirlo debido a sus condiciones geográficas, especialmente en la región del nordeste, con una fuerte incidencia solar y eólica», señaló el reporte.
«Los principales obstáculos apuntados son las dificultades logísticas relacionadas con el transporte, el almacenamiento y los elevados costos de producción, así como el establecimiento de una legislación para el nuevo mercado, que ya está analizándose en el Congreso», agregó.
