La Cámara Nacional en lo Criminal ratificó el procesamiento y embargo de 100.000 pesos sobre los bienes a un médico acusado de “homicidio culposo” por un diagnóstico errado que habría causado la muerte de un paciente.
La medida dictada por el tribunal alcanzó a un profesional del Sanatorio San José, de Capital Federal, que confundió con un “malestar estomacal” el aneurisma cerebral que padecía la víctima.
La Sala V de la Cámara consideró que el médico incurrió en mala praxis porque le dio de alta sin realizar los estudios que permitieran precisar la enfermedad del paciente. Según las pruebas reunidas, la víctima presentaba un cuadro de “hemorragia meníngea subaracnoidea secundaria, probablemente debida a la ruptura de un aneurisma arterial, en un paciente portador de una cardiopatía hipertrófica, de probable origen hipertensivo”.
El episodio se registró en noviembre de 2005 en el domicilio particular del enfermo, un día antes de su fallecimiento.
Los camaristas Alberto Seijas, Carlos Alberto González y Marcelo Lucini evaluaron informes de peritos según los cuales, “de haberse detectado la patología neurológica, el paciente hubiera contado con mayores posibilidades de continuar con vida”.
Según los peritos que intervinieron en la causa, el profesional de la salud “debió haber efectuado una evaluación neurológica así como también diversos estudios complementarios con carácter urgente, a fin de confirmar o descartar una patología cerebral aguda y así establecer en forma precoz un diagnóstico de certeza y su tratamiento”.