Por Fernando Scarpatti / Ingeniero miembro de Scarpatti y Asociados, consultores en gestión organizacional
En un mundo donde lo único permanente es el cambio, para sobrevivir y prosperar las empresas necesitan modificar y renovar continuamente sus productos y servicios.
El cambio requiere innovar en los diseños de nuevos y viejos productos y servicios, en los procesos que les permiten fabricarlos y en las herramientas que utilizan para gestionar su empresa. Estas innovaciones, como todas, se concretan mediante proyectos. Un proyecto procura alcanzar algún objetivo estratégico; es un trabajo singular, con plazo acotado, presupuesto limitado, recursos escasos y, como tal, debe gestionarse.
La gestión de proyectos no es nueva; las pirámides de Egipto fueron proyectos como así también lo fue el canal de Suez. Pero, desde 1950, hemos ido acumulando diversas herramientas como Pert o Camino Crítico; en especial, después de 1990, surgen herramientas poderosas como Valor Ganado que nos permiten determinar precisamente cuándo en un proyecto nos faltará dinero o tiempo, a partir de 20% de su avance. Es decir que hoy contamos con herramientas que nos permiten, antes de llegar a las etapas finales, tener valiosa información que nos posibilita ir tomando buenas decisiones.
Quizás la bisagra del cambio en el mundo empresarial la estableció Siemens cuando en 2002 dijo: “Hemos concluido que más de 50% de nuestro giro operativo son proyectos”. Sin embargo, y como ejemplo de lo que realmente ocurre, de acuerdo con un estudio de International Project Management Association, de septiembre de 2010, sólo 13% de los gerentes australianos se sentía confiado de estar manejando sus proyectos críticos de la manera más eficiente.
Realmente, tanto en Australia como en el resto del mundo, la mayor parte de los proyectos sufre demoras y sobrecostos o sus resultados no llegan a la calidad esperada.
Todo esto se puede evitar con una gestión de proyectos profesionalizada, ya que, si bien la cantidad de profesionales formados no alcanza a satisfacer completamente las necesidades, la disciplina ya ha acumulado suficientes herramientas.
Demorarse en exceso, tener costos desmedidos o mala calidad en un proyecto supone perder la ventaja competitiva que se perseguía y por eso es ésta una de las cuestiones de mayor desarrollo en países avanzados. Actualmente en nuestro país gestión de proyectos es el curso de posgrado con mayor matrícula desde hace varios años.
Conscientes de esta realidad, en Scarpatti y Asociados comenzamos a brindar cursos de ciento cincuenta horas en Gestión de Proyectos a partir de 2001 con un promedio de dos por año, en los cuales han participado diversas empresas tales como Arcor, Aceitera General Deheza, Matricería Austral, Fiat, Prodismo.
Realmente son muchos los que quieren ser líderes de proyectos, porque es allí donde está la adrenalina de las empresas, la gente talentosa se siente atraída por el cambio y la innovación. Gestionar proyectos supone dominar las bases duras para liderar, lograr que las cosas se hagan, e implica saber gestionar riesgos, que es el camino para poder emprender. El desafío es decidir dar un paso al frente y formarnos en herramientas que nos permitan no sólo lograr que nuestros proyectos se hagan realidad sino que se alcancen de la mejor manera y en el tiempo adecuado.