En marzo y abril comienza el período fuerte de las paritarias. Las compañías estiman pedidos de aumento de 28%, a pesar de que a finales del año pasado calcularon incrementos de 24%.
En un marco inflacionario, la negociación salarial adquiere una enorme centralidad tanto para el futuro económico de las empresas como para el poder adquisitivo de las familias. Marzo y abril marcarán el inicio del período fuerte en lo que respecta a paritarias y las compañías ya preparan sus finanzas para hacer frente a las demandas sindicales.
De acuerdo con el relevamiento realizado por Sel Consultores entre 110 compañías líderes del país -que ocupan en total a 202 mil personas-, las empresas esperan que el porcentaje presupuestado para otorgar subas salariales no les alcance para abonar las que finalmente se acuerden: mientras que esperan recibir un pedido de incremento del orden de 28%, el porcentaje presupuestado se ubicó casi 4 puntos porcentuales por debajo, en 24%.
En medio del debate por la confiabilidad de las cifras de inflación elaboradas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) y las consultoras privadas, las demandas salariales están sustentadas mayormente en las expectativas inflacionarias, formadas a partir de la experiencia como consumidores. Si bien en la negociación intervienen otros factores -como posibles pautas gubernamentales o la competencia intersindical- estas expectativas son, quizás, los elementos más importantes en la determinación de las demandas salariales.
Con base en esas expectativas, los empresarios esperan una demanda salarial de aproximadamente 28%. El dato llamativo es que, pese a que la inflación no es un fenómeno reciente en el país, los hombres de negocios se mostraron mucho más pesimistas sobre su futuro que un año atrás, cuando la demanda esperada era de 16%.
Evidentemente, el cambio en el contexto económico nacional e internacional hace prever exigencias más elevadas por parte de los trabajadores: a finales de 2009 aún no estaba claro cómo se saldría de la crisis internacional y los empresarios esperaban pedidos de aumento menores. Actualmente, en el marco del crecimiento de la actividad, del consumo y de los precios, las demandas esperadas son mayores.
Presupuestos menores
El informe señala que un dato significativo es que, antes de recibir los pedidos sindicales -pues las negociaciones aún no están abiertas-, las empresas ya esperan que sean mayores que los presupuestados por sus administraciones, que en promedio se ubicaron en torno a 24%. “La mitad de las compañías considera que no cubrirán las demandas de los sindicatos”, apuntó el informe de Sel.
En ese marco, las empresas estiman que la negociación cerrará finalmente en torno a 26,5%, apenas por debajo de lo exigido por los gremios, pero más de dos puntos por encima del incremento previsto en sus presupuestos.
“Esto sugiere, por una parte, un escenario inflacionario de base para este año mayor que el pensado al momento de ese ejercicio y, por la otra, la baja expectativa de alcanzar un acuerdo de coordinación de precios y salarios sin un programa de estabilización macroeconómica”, analizó la consultora.