ESCUCHARPor Jorge Villalba (*)
Esta columna sin dudas es especial para mí ya que, luego de un amplio recorrido con temáticas vinculadas con tecnologías 4.0 y la deontología jurídica forense, llega el momento de unir todas las piezas.
A los fines de sintetizar los temas vistos hasta el momento, junto a Comercio y Justicia vimos oportuno el lanzamiento de una propuesta de formación dirigida al profesional del derecho. htttps://comercioyjusticia.info/cyjcapacitaciones/2022/05/30/practica-juridica-notarial-en-el-ecosistema-legal-tech/.
El presente curso aborda una de las disciplinas de mayor actualidad y demanda en el ecosistema jurídico: las llamadas legal-tech, nombre que responde a la más fina y armónica conjunción entre las tecnologías aplicadas fruto de la cuarta revolución y la ciencia del derecho (desde la dimensión de análisis del derecho como conducta).
Quizás en poco tiempo legal-tech tenga su propia autonomía científica, didáctica, legislativa y deontológica, independientemente del nombre y su lengua, como lo viene demostrando día a día.
Esto se debe a que la adquisición de competencias y habilidades en legal-tech configura hoy un ecosistema no negociable por el profesional del derecho, cualquiera sea su ámbito de desenvolvimiento profesional, lo que incluye a los abogados, notarios, magistrados, fiscales, administradores de justicia, etcétera. Extremo que surge de cada una de mis columnas anteriores, y pretendo analizar de manera integral.
El paso de lo analógico a lo digital presenta actualmente aristas de conflicto y problematización, sin perjuicio de que estamos ante una realidad acabada, sin vuelta atrás. Podemos cuestionarnos el cambio, sin poder evitarlo, asumiendo con regocijo las consecuencias que autoritariamente me ordena la resignación (frase que me pertenece).
Pero la digitalización actúa como puente entre lo analógico y las tecnologías 4.0 -todo cuanto resulta de la cuarta revolución-, motivo por el cual debemos abordar necesariamente la tecnología blockchain, la inteligencia artificial y demás áreas epistemológicas que se desprenden con su propia especificidad, conflictividad, tecnicismo y taxonomía.
El enfoque debe ser holístico pero con cimientos sólidos a tal punto de poder construir una matriz fundacional de la nueva disciplina. Para ello, la mirada del investigador debe aportar herramientas técnicas acompañadas de la experiencia.
La tecnología blockchain se construye con dichos pero sobre todo con hechos. Es fundamental problematizar partiendo de la base del “saber hacer”, a contrario sensu del acto de denostar por la impericia o incapacidad de actuar en el nuevo universo que llama a los más preparados.
Parafraseando una columna pasada, en la que traje a colación la terminología de Milan Kundera en la fiesta de la insignificancia, el mensaje detrás del texto apunta a dejar de reflexionar sobre el ombligo y abrir el espectro para mirar el todo, sin miedo a perder incumbencias en el intento.
En la reversión del “yo-profesional”, como nunca debo mirar mi circunstancia para dar comienzo a las apropiaciones que la tecnología pone frente a nosotros.
Para tan difícil tarea, no hay mejor inicio que una síntesis precisa y comprensiva del fenómeno legal-tech para que sea capaz de despertar el instinto reflexivo y filosófico de los asistentes.
Sirve la presente propuesta para despertar en los profesionales del derecho el sentido crítico y técnico que la sociedad demanda en tiempos actuales; una sociedad global que consume, aplica y negocia tecnología.
El ser humano, como ser que se sirve de la tecnología, convive con su propia creación y, pese a sus propias contradicciones lingüísticas, hoy como nunca hace de lo binario su nuevo campo de ejercicio profesional. Basta como muestra cuantificar la mayor demanda y mayor oferta en relación directamente proporcional, de todas aquellas formaciones que tienen elementos de programación en sus mallas curriculares.
Aun el más firme deseo de abstracción de toda tecnología sucumbe ante la necesidad de ser parte del cambio; es imposible negar que nosotros como profesionales y las nuevas generaciones viven y aplican permanentemente recursos y soluciones tecnológicas que el derecho debe mirar, independientemente de que deba regularse de manera expresa o no; pero no puede ser indiferente; ya que, de hacerlo, se vuelve obsoleto.
En definitiva, pretendo colaborar con todas mis energías para que la persona que curse el programa pueda ampliar su vocabulario y adquiera habilidades y competencias en legal-tech para contribuir a una sociedad más justa, transparente y simétrica con la potencialidad de las tecnologías emergentes puestas al servicio del ciudadano.
Repasaremos diversas cuestiones, con un marcado enfoque en la tecnología blockchain y sus repercusiones en el campo del derecho. Analizaremos los múltiples emergentes para el aprovechamiento de cada disciplina.
