El baobab, especie que se expande por esa región brasileña, tiene alrededor de 400 años y un tronco de 4,5 metros de diámetro, lo que maravilla a visitantes de todo el mundo.
Porto de Galinhas, el destino más paradisíaco del nordeste brasileño, además de gozar de las mejores playas del país, recibe a miles de turistas que se maravillan y sorprenden con una atracción majestuosa y centenaria.
Se trata del baobab, una especie arbórea que reina en la región y llama la atención por su tamaño y personalidad.
En Rua do Colégio, en el distrito de Nossa Senhora do Ó, a 11 kilómetros de Porto de Galinhas y a 100 metros de la iglesia Nossa Senhora do Ó, se encuentra el mayor espécimen de la zona con aproximadamente 400 años y 4,5 metros de diámetro en su tronco.
Diariamente, a su alrededor, los habitantes de la zona junto con otros visitantes se reúnen en un gran abrazo para poder rodear el árbol en su totalidad.
Generalmente se trata de grupos numerosos, ya que el tronco es tan ancho que para rodearlo se necesitan aproximadamente veinte personas o más.
La visita al lugar también ofrece una clase de historia sobre los tiempos del descubrimiento de Brasil, cuando estos ejemplares ya eran testigos del pasado.
Esta actividad es apoyada por el Porto de Galinhas Convention & Visitors Bureau, que acompaña al gobierno del Estado de Pernambuco en la preservación del baobab.
“Es un patrimonio histórico y uno de los símbolos que realza la exuberancia de nuestra flora, capaz de cautivar a visitantes de todo Brasil y también del exterior”, comenta el presidente de la entidad, Otaviano Maroja.
El baobab se desarrolla en zonas de clima árido y puede llegar a alcanzar los seis mil años de edad. Utilizado en cultos religiosos afrobrasileños, el árbol es considerado sagrado y su tala está totalmente prohibida.
Además de su gran belleza, los baobabs proveen alimento, agua y materia prima para abastecer a la población de indumentaria, medicamentos, adornos y dulces, entre otros productos.
Su gigantesco tallo puede almacenar hasta 120 mil litros de agua, lo que lo convierte en la perfecta combinación entre uso sustentable y belleza ecológica, así como también entre vitalidad y longevidad.
Vale destacar que las hojas de este árbol milenario así como su corteza y frutos se utilizaron siempre para la alimentación y medicina popular africana. La pulpa del fruto, por ejemplo, se aplicaba como antitérmico, analgésico y antiinflamatorio.
El árbol centenario es una de las atracciones preferidas de los turistas ya que además de impactar por su gran tamaño y antigüedad, aporta una nota pintoresca sobre la región.
Porto de Galinhas se ubica a 60 kilómetros al sur del centro de Recife (capital de Pernambuco) y a 50 del Aeropuerto Internacional Dos Guararpes.
El destino surge de una villa de pescadores y cuenta con más de 18 kilómetros de playas de arenas claras y aguas esmeralda, alejadas del barullo de la ciudad.
Se destaca particularmente por poseer una infraestructura hotelera de nivel internacional y una gastronomía diversa. Por otro lado, tiene varios ingenios azucareros para interesados en actividades industriales.
En la actualidad, se consolida como uno de los destinos más atractivos y ofrece amplias opciones de hospedaje, gastronomía, comercio y entretenimiento durante el día y la noche.