El equipo emprendedor de Fullprism, integrado por dos ingenieros biomédicos y un ingeniero electrónico, está fabricando 800 unidades para hospitales.
Para evitar cualquier tipo de contaminación cruzada, trabajan en el laboratorio perteneciente al área de Ingeniería Médica de esa cartera
Natalia Riva [email protected]
Al igual que tantas otras iniciativas que en esta coyuntura se reinventan y encuentran una salida para ayudar en la crisis sanitaria, el caso de los emprendedores de Fullprism se inscribe dentro de esta realidad. El emprendimiento ofrece habitualmente soluciones con tecnología 3D a empresas o instituciones como, por ejemplo, fabricación de piezas para equipos médicos, guías quirúrgicas para implantes dentales, o prototipado para el desarrollo de nuevos productos.
Desde que comenzó la pandemia dio un giro a su negocio y hoy se está dedicando a la fabricación de máscaras de bioseguridad para el Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba. Para esto, el emprendimiento, que está integrado por dos ingenieros Biomédicos (el socio fundador, Nino Nobile, y Emiliano Foglino) y por un ingeniero Electrónico (Damián Gagliano), montó la producción de las máscaras en el laboratorio perteneciente al área de Ingeniería Médica con el objetivo de asegurar que no exista contaminación cruzada desde el lugar de producción hasta el destino de utilización (hospitales), una de las principales preocupaciones de los emprendedores.
“El primer contacto con el ente provincial se dio porque Nino y Emiliano habían realizado su especialidad en Ingeniería Clínica en la Dirección de Infraestructura y Equipamiento Sanitario y en los hospitales a cargo del Ministerio de Salud de la provincia de Córdoba”, explicó Gagliano a Comercio y Justicia.
Con este antecedente, los emprendedores le acercaron una propuesta a la directora del área, Daiana Villegas, para fabricar máscaras de seguridad sin beneficio económico (a precio de costo) con el fin de ayudar en el contexto de la pandemia mundial.
“Acordamos con el Ministerio una producción de 800 máscaras con entregas semanales. Comenzamos produciendo unas 20 por día en la primera etapa que nos sirvió para ir poniendo a punto las máquinas. Hoy llegamos a una producción óptima de 80 por día y ese número pensamos quintuplicarlo y llevarlo a 500 máscaras por día con el método de inyección plástica”, contó el emprendedor.
Proceso de producción
Una de las principales preocupaciones del equipo emprendedor era cómo producir las máscaras cumpliendo con el protocolo de buenas prácticas de seguridad e higiene para la impresión 3D de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Por esto, más allá de tener la posibilidad de instalarse en el laboratorio de la cartera de Salud, también siguen un proceso estricto para evitar cualquier tipo de contaminación.
En lo que respecta al montaje del área de trabajo, se ubicaron las impresoras en una superficie de trabajo apropiada; se delimitan áreas limpias de trabajo; y se instaló un sistema de circulación de aire filtrado para asegurar la refrigeración de los equipos.
Antes de cada impresión, se limpia la cama de impresión y se despeja, limpia y desinfecta el área limpia que comprende quitar suciedad macroscópica (polvo, restos de material, papeles) y se desinfecta el área con alcohol (70% alcohol, 30% agua). También se desinfecta periódicamente las herramientas de trabajo con alcohol y se realiza la ventilación del ambiente antes y una vez finalizada cada impresión. Todo esto, usando guantes de nitrilo o látex y barbijo.
Por último, luego de la impresión, se manipulan las piezas con guantes dentro del área limpia, se realizan las tareas de posprocesamiento en una mesada limpia. Se limpia y desinfectar la pieza impresa completamente. Se deja secar al aire en una superficie limpia, desinfectada. Se guarda la pieza en la bolsa y se cierra esa bolsa lo más herméticamente posible y se rotula la fecha de cada partida. Se almacena en armario limpio y cerrado y se dejan reposar las piezas antes de distribuirlas.
Proyecciones
Sobre los planes de Fullprism a corto plazo, los emprendedores adelantaron que están trabajando en conjunto con otro emprendimiento, Ecolif, para “lograr la producción de máscaras sustentables utilizando plástico reciclable de tapitas de gaseosas, y otros.
“Buscamos lograr un impacto social pero a la vez también ambiental. También estamos realizando trabajo de investigación y desarrollo de nuevos productos útiles en la lucha contra el coronavirus”, añadieron.
Los comienzos de Fullprism
El proyecto comenzó hace unos cuatro años por iniciativa de Nobile, cuando junto a un amigo se propusieron desarrollar un producto para estudiantes de arquitectura usando tecnologías de fabricación aditiva. Esto permitió dar los primeros pasos y ganar experiencia.
Con el tiempo, se fueron acercando emprendedores y empresas que querían prototipar sus productos, comenzar con una pequeña producción, o fabricar repuestos que eran caros, difíciles de conseguir o que ya no estaban disponibles. Esta situación les planteó nuevos desafíos por lo que realizaron una inversión en equipos con alto reconocimiento a escala mundial.
En febrero de 2019 el emprendimiento Fullprism consiguió la incubación en la Fundación para la Incubación de Empresas (FIDE). Desde allí, ofrecen soluciones para empresas y profesionales con tecnología 3D.