lunes 23, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Un recreo en el Caribe

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NASSAU. LAS BAHAMAS.

Aguas turquesas y transparentes, delfines que bailan con turistas, desfiles de comparsas multicolores y compras con precios de puerto libre,  concentran el cocktail tentador de Las Bahamas.


“A once in a lifetime experience” (una experiencia única en la vida) reza el brazalete que coloca la guía en la muñeca de cada uno de los pasajeros que desciende en Blue Lagoon Island, un cayo de extrema belleza tropical, enmarcado por las aguas turquesas que bañan a Las Bahamas.

La pequeña isla privada queda a veinte minutos de navegación del puerto de Paradise Island, la franja de cinco kilómetros de playas extensas que se enfrenta a Nassau, separada por una angosta brecha de mar.

La coordinadora conduce al contingente nutrido en su mayoría por visitantes norteamericanos -quienes conforman más de 90% del turismo de todo el archipiélago- hacia un sector de la laguna habitado por delfines adiestrados.
Luego de una breve y amena explicación sobre la fisionomía y cualidades de estos mamíferos simpatiquísimos, los visitantes se sumergen en las piscinas naturales atentos a las sorpresas que surgen de las profundidades.

Mágicamente, en el centro de los espectadores, emergen los delfines, quienes se ocupan de encantar a los presentes con bailes, aplausos, burlas, cantos y hasta un beso en la boca seguido por un efusivo abrazo.

El Dolphin Encounter es el hogar de 18 delfines nariz de botella, cuyas edades van desde las pequeñas crías hasta la hembra llamada “Princesa”, de 41 años. La mitad de estos animales nació y creció allí y uno de ellos formó parte del elenco de estrellas de la película Flipper.

Luego de este coqueteo intenso, el resto de la estadía en el cayo se reparte entre el relax y el entretenimiento. Mientras el sol caribeño acaricia las figuras descontracturadas de quienes se entregan al ocio supremo sobre la arena blanca y fina de la costa, otros encaran una travesía con snorkels para descubrir la colorida fauna marina.

Algunos niños apuntan al parque flotante colmado de juegos inflables montados sobre el mar y otros eligen interactuar con los lobos marinos, los que también regalan una agenda programada de mimos y monerías.

Así transcurren los jornadas en la “Laguna Azul” hasta que el catamarán anuncia su partida y recorre el corto tramo que lo distancia del puerto de Paradise Island, dejando una estela espumosa que abre como un cierre un manto líquido celeste fosforescente.

La ciudad aguarda a los tripulantes con un atardecer embriagador que corona la grata aventura con un sello indeleble – y quizás único- en su memoria visual.

Con acento inglés
Nassau regala, por ciertos momentos, exuberantes postales de una importante ciudad caribeña y, por otros, imágenes de un pequeño pueblo tropical acobijado en la costa noroeste de la isla Nueva Providencia.

Por un lado, abundan los grandes bancos, oficinas públicas, potenciales desarrollos inmobiliarios en plena construcción, imponentes cruceros anclados frente a las costas y reconocidas cadenas hoteleras de todo el mundo.

Por el otro, la arquitectura del destino se reduce a barrios chatos con austeras casitas multicolores de estilo victoriano, vecinas a playas solitarias y algunos puertos de pescadores.

El factor común en la capital de las Bahamas, archipiélago nutrido por más de setecientas islas y miles de pequeños cayos e islotes, es la influencia británica, muy fácil de percibir.

Los choferes de los automóviles ubicados al lado izquierdo de la calle, los uniformes de la Fuerza Policial Real Bahamense, la ceremonia del cambio de guardia en la Casa de Gobierno y el idioma, entre otros detalles, demuestran el papel trascendental que tuvo Gran Bretaña en su historia.

El oeste de África también dejó sus rastros en esta región. Como por ejemplo, en el contagioso festival de Junkanoo, un desfile de comparsas multicolores y sonoras que vibran al ritmo del goombay, la música tradicional del país que emana a la par de los tambores, silbatos y maracas, en una mezcla de carnaval y antiguos rituales.

En algunos hoteles, como el Sandals Royal Bahamian, reproducen dicho festejo una noche a la semana. Pero la sede por excelencia del Junkanoo es todos los fines de año en el Arawak Cay, un sector del puerto que comenzó con una serie de puestos improvisados y derivó en un paseo a través de coloridos locales donde preparan, a la vista, exquisiteces, como la típica conch salad, una especie de ceviche elaborado a base de un molusco oceánico de carne blanca y firme, jugo de limón, amargo y ají.

El otro sector gastronómico se concentra a lo largo de Bay Street, la arteria principal que recorre de este a oeste la costa de Nassau. Principalmente en el área del casco céntrico, unas pocas cuadras ocupadas por joyerías, licorerías y perfumerías que exhiben los módicos precios de puerto libre, se encuentran algunos restaurantes y marisquerías. Allí también se ubica el mercado central, donde se comercializan las artesanías propias de la región, como piezas labradas en madera y una gran cantidad de accesorios elaborados con paja, entre imitaciones de carteras de marcas internacionales y otras baratijas.

La isla de la fantasía

La mitad de Paradise Island, el brazo de arena que corona a la ciudad de Nassau, pertenece al hotel Atlantis, el ícono del entretenimiento en Las Bahamas

Un acuario gigantesco, el casino más grande del Caribe, toboganes de agua que descienden de pirámides mayas y atraviesan cuevas de tiburones, una discoteca para adolescentes con pantallas táctiles y cabinas para disputarse en juegos virtuales, así como otros entretenimientos pensados en superlativo, nutren de diversión constante a los más de ocho mil huéspedes que recibe diariamente el Atlantis Resort & Casino Paradise Island.

El hotel, creado por el magnate sudafricano Sol Kerzner, ocupa casi la mitad de la Paradise Island y está inspirado en el océano y la historia mítica de la ciudad sumergida. Suma dos mil habitaciones y emplea a más del diez por ciento de la población de Nassau.

Desde el hall de ingreso, se lucen murales y esculturas alusivas del fondo del mar, las cuales se repiten hasta en los más mínimos detalles.  También, allí se aprecia una parte del gran acuario que recorre el subsuelo de la torre principal. A través de inmensos ventanales, es posible sentirse acompañado por el nado de los tiburones, manta rayas y más de veinte mil especies marinas que habitan en la pecera gigante.

El Atlantis también se jacta de contar con una de las habitaciones más caras del mundo. Está ubicada exactamente en un puente que une dos torres, tiene unos 500 metros cuadrados y un precio superior a 25 mil dólares por noche.

También dispone de una marina propia y hasta un pequeño centro comercial exclusivo para quienes se alojan allí.
Los exteriores del hotel están invadidos por piscinas, fuentes, puentes, lagunas, toboganes acuáticos y hasta un sector para nadar con delfines.

A la playa se arriba luego de atravesar innumerables propuestas de entretenimiento abarrotadas por miles de turistas.

Aunque espacio sobra, algunos prefieren desembocar en la costa y perderse en un horizonte turquesa acompañado de la brisa suave y cálida que regala el mar.

Agenda de Viaje

Cómo llegar
Desde el mes pasado, Copa Airlines vuela a Nassau desde Córdoba, con conexión en Panamá. Los pasajeros no necesitan contar con visa alguna y la tarifa, ida y vuelta, es de US$ 972,50  finales.

Alojamiento

Atlantis Resort & Casino Paradise Island desde US$ 300 la noche habitación doble en la Royal Tower, y de US$ 700 a US$ 4.000 la noche habitación doble en The Cove Tower.
Sandals Royal Bahamian:
desde US$ 590.
Sheraton Nassau Beach:
desde US$ 479.
British Colonial Hilton:
desde US$ 142.

Excursiones
Visita al Acuario del Atlantis Resort &  Casino: US$ 40 por persona.
Día completo con acceso al parque de agua US$ 150 por persona.
Excursión a Blue Lagoon Island con traslado e interacción con los delfines: US$ 98 por persona.

Gastronomía
Conch salad  en Arawac Cay US$ 10.
En restaurantes del casco céntrico: langosta asada US$ 28, mahi mahí grillado US$ 14,95, café US$ 1,50.

Clima
Las Bahamas tienen un clima templado que varía de los 26°C a 32°C, con alta humedad en verano, y de 21°C a 26°C en invierno

Moneda
En Bahamas, la moneda es el dólar bahamense (B$), que equivale al valor del dólar estadounidense.

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