ESCUCHAREl concepto boutique está ligado a la experiencia de hospedarse en un hotel donde cada detalle está relacionado con la comodidad, el servicio individual y la simplicidad como esencia del lujo. Esta tendencia no sólo crece en Europa y Estados Unidos sino también en Latinoamérica, donde Argentina lidera el segmento con más de treinta establecimientos
La escalera en espiral de fin de siglo absorbe el ruido mundano del exterior hasta diluirlo en una melodía suave y difusa. El último peldaño, embriagado por un aroma a hierbas relajante, desemboca en la recepción de la casona reciclada. El patio interno baña con luz natural el hall de ingreso, iluminando un mobiliario entre rústico y moderno que denota una gran dedicación en su distribución y diseño. El edificio alberga apenas una veintena de habitaciones de sábanas frescas, jabones perfumados y tecnología de última generación, que brindarán al huésped ese bienestar supremo que garantiza la mayoría de los hoteles boutiques, aquellos espacios exclusivos y personalizados que surgieron en Europa y Estados Unidos en los años ochenta en contraposición con las características estandarizadas de las grandes cadenas.
El término «boutique» en la lengua francesa se remitía a aquellas pequeñas tiendas pertenecientes a los grandes modistos del viejo continente y se fue expandiendo a lo largo del mundo como sinónimo de buen gusto, elegancia y originalidad. No es casual que la palabra forme parte de la categorización de alojamiento que se vincula con un servicio personalizado y un ambiente acogedor donde prima un estilo y carácter propio.
Conviven muchas definiciones que describen al hotel boutique, pero una gran parte coincide con el objetivo de lograr que el huésped viva una experiencia de viaje diferente, se sienta como en su casa, agasajado por determinados aspectos de lujo y comodidad.
«Los hoteles boutique se caracterizan por diferentes motivos, ya sea por su ubicación, decoración, atención, cantidad de habitaciones (por lo general no más de treinta) y/o personal mas descontracturado que en el resto de las propuestas. En muchos casos son edificios patrimoniales que tienen una historia detrás, como el Hotel Azur Real de la ciudad de Córdoba», comentó Luciana Salaün, directora de Marketing y Relaciones Públicas de Salaün Consulting, agencia especializada en asesoramiento de hoteles y turismo.
Servicio boutiquier
Al no existir aún una categorización oficial que contemple esta modalidad de alojamientos, surgen certificadoras privadas que los nuclean.
«Nosotros nos basamos en un indicador denominado Servicio Boutiquier, a partir del cual lo boutique está definido por el tratamiento al huésped y no por la propiedad en sí. En esta selección incorporamos hoteles con menos de cincuenta habitaciones», comentó Agustina Trucco, directora de la certificadora privada: The Best Boutique Hotels (BBH), el primer club de calidad que representa a los mejores hoteles boutiques en Argentina y Sudamérica reconocido por el Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur).
“En estos lugares, los huéspedes son atendidos en forma personalizada, y cada detalle está relacionado con la calidez, la asistencia individual y la simplicidad como esencia del lujo, como por ejemplo: música ambiental relajante, iluminación con velas, desayunos y meriendas con panes y dulces caseros, una biblioteca, un set de belleza para el baño, un aperitivo con quesos seleccionados, un juego de tazas de porcelana inglesa a la hora del té, o una cena preparada junto a una chimenea, entre otros”, describe The BBH.
«Es creciente la cantidad de pasajeros que optan por sitios pequeños que reúnen estas características, así como también son más los establecimientos que aplican para ser admitidos dentro de la categoría», expresó Trucco, en tanto que destacó que «también aumenta el nivel y la calidad de las propuestas».
«Estos sitios están dirigidos a un viajero más experimentado que busca diferenciarse del turista tradicional y establecer un mayor contacto con el destino en un marco de exclusividad. Hoy en día, la afluencia de público europeo, el primero en requerir esta modalidad, disminuyó un poco, pero a nivel general, el interés por alojarse en ellos continúa en auge», subrayó Salaün.
Una gran parte de estas propuestas apuntan a un segmento de medio y alto poder adquisitivo. Las tarifas parten de 140 y 170 dólares por habitación, por noche, aproximadamente, y pueden arribar hasta los mil dólares.
En Argentina, alrededor de treinta y cinco hoteles se encuentran bajo el sello de calidad The BBH. Dentro de esta categorización, en Córdoba se destaca el Azur Real Hotel, ubicado en pleno centro de la ciudad, y la Estancia El Colibrí, enclavada a unos kilómetros de la Estancia Santa Catalina, mientras que en el resto del país figuran algunos como: Legado Mítico y Home (Buenos Aires); Correntoso Lake & River Hotel (Villa la Angostura); Posada Puerto Bemberg (Iguazú); Puerto Valle Hotel de Esteros y La Alondra Casa de Huéspedes (Corrientes); El Casco Art Hotel (Bariloche); Entre Cielos (Mendoza); Kkala Boutique Hotel (Salta); Río Hermoso Hotel de Montaña (San Martín de los Andes); Estancia La Bamba de Areco (San Antonio de Areco) y Estancia La Estrella (Tandil), entre otros.
De la opulencia a lo sustentable
En cuanto a sus características edilicias, la mayoría de los hoteles boutiques recurre a materiales nobles y rústicos dejando atrás atributos que denotan ostentación.
«Lo que abundan son las líneas netas y simples. Se habla cada vez más de lujo sustentable. Materiales simples, artesanales, autóctonos, hechos a mano, opacos, sin brillo, mientras que la variable opulencia es lo que ya no va más. Por ejemplo, Entre Cielos en Mendoza, que utiliza mucha madera neta, opaca, y hormigón visto», ejemplificó Trucco.
La diferenciación es la premisa esencial del hotel boutique. Ya sea por su diseño, ubicación o historia. Algunos se enfocan en brindar una decoración particular y diferente para cada una de sus habitaciones, otros son temáticos en su integridad, pero fundamentalmente lo que predomina en este entorno, son los mimos.
Por ejemplo, la mayoría de los hoteles boutique cuentan con un menú de almohadas: los huéspedes pueden elegir entre almohadas de pluma de ganso, cervical, tradicional y/o inteligente. Otro mimo es la apertura de cama que consiste en un bomboncito que se deja en la mesita de luz con una nota de buenas noches alrededor de las 19. La mayoría cuentan con sábanas egipcias, edredones, batas y pantuflas, conserjería las 24 horas, y hasta un historial (history file) de los pasajeros, que permite tener las preferencias de diarios o paseos para recomendar en una futura estadía.
Algunos hoteles, como el Vitrum (Buenos Aires) disponen de galería de arte o se distinguen por ser pet friendly (apto para mascotas): proveen camas para perros, comida y hasta servicio de paseadores y peluquería canina. Otros, como el Own Palermo Hollywood (Buenos Aires) ofrecen un servicio para el huésped denominado «customize your stay» (Estadía a medida) que le permite al pasajero contar con la reserva de antemano de su diario preferido, su obra de teatro y/o algún restaurante, previo al check in. También se destaca el Pop hotel (Buenos Aires) por ser el primer budget boutique hotel en la zona de los outlets.
Pero todos tienen en común, la armonía en sus ambientes, la comodidad en su máxima expresión y una alta dedicación por el huésped.
Un Oasis en la ciudad
Azur Real Hotel es uno de los emblemas del concepto boutique en la provincia de Córdoba. La historia de la casona ubicada sobre la calle San Jerónimo, en pleno centro comercial de la ciudad, se remonta a la década del 40. El edificio funcionó como colegio secundario al cual asistió el Che Guevara.
Su decoración ecléctica denota una combinación cuidada de materiales rústicos y detalles modernos, con una importante presencia de obras de arte y pinturas.
Entre los servicios diferenciales que brinda el establecimiento, se destaca menú de almohadas, batas y pantuflas, sábanas egipcias, spa, salón de eventos y el restaurante gourmet Casa Galán.
