Ocho de cada 10 trabajadores masculinos y seis de cada 10 trabajadoras femeninas tienen un varón como gerente actualmente en el país. Si bien la gran mayoría de los encuestados de ambos sexos indica que sus empleadores tienen políticas de equidad, la realidad indica otra cosa
Las mujeres en posiciones gerenciales sigue siendo una asignatura pendiente en Argentina. Según surge de los datos que muestre el Randstad Workmonitor correspondiente al tercer trimestre del año, 82% de los trabajadores masculinos y 60% de las trabajadoras femeninas tienen un varón como jefe actualmente en Argentina. En el mundo, 79% de los hombres y 55% de las mujeres reportan a un jefe hombre.
En Argentina el relevamiento se realizó entre 405 casos. Ocho de cada diez mujeres y siete de cada diez hombres creen que los hombres son favorecidos por sobre las mujeres para acceder a posiciones gerenciales cuando hay dos candidatos con igual calificación.
“Si bien la gran mayoría de los encuestados de ambos sexos indica que sus empleadores tienen políticas de equidad, la realidad indica que existe un marcado sesgo en favor de los hombres. En este sentido, 81% considera que hombres y mujeres son tratados equitativamente en la organización en la que trabajan y 79% cree que su empleador paga salarios equitativos a hombres y mujeres en igual posición”, detalla el informe difundido ayer por la consultora de Recursos Humanos.
Por otra parte, el sondeo indagó sobre preferencias.
Una abrumadora mayoría de los encuestados se inclina por la diversidad de género en términos generales, pero se contradice al momento de indicar sus preferencias particulares. Por un lado, la gran mayoría (91%) indicó que prefiere trabajar en un equipo en el que se expresa la diversidad de género, al tiempo que 87% considera que los equipos de trabajo diversos logran mejores resultados.
“En contraposición, 70% de los encuestados varones prefiere tener un jefe hombre al igual que el 60% de las encuestadas mujeres. Paradójicamente, se da una coincidencia entre las preferencias de las mujeres y la participación masculina actual en las posiciones de liderazgo”, concluye el análisis.
Sobre estos resultados, Andrea Ávila, CEO de Randstad Argentina y Uruguay, afirmó: “El `descalce´ entre la percepción y la realidad que muestran estos datos pone en evidencia que, si bien hay un consenso generalizado respecto del valor que genera la diversidad, hay aún cuestiones concretas a resolver en el ámbito laboral para que la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres sea una realidad concreta y con ella se rompa finalmente con el techo de cristal”.
Caminos a la diversidad
La consultora también indagó sobre posibles caminos para alcanzar la diversidad en el ámbito laboral. Al respecto, 61% de los encuestados indicó que no está de acuerdo con que un género en particular sea favorecido con el objetivo de mejorar la diversidad.
“La problemática de la falta de equidad responde a múltiples causas y factores. La persistencia de la expectativa social de que sean las mujeres las principales proveedoras de cuidado familiar es determinante y fija pautas culturales sobre lo que les corresponde ser y hacer a hombres y mujeres. Nada de esto es ajeno a lo que sucede en ámbito laboral, más bien todo lo contrario, ya que para que las mujeres puedan ocupar más espacios de decisión en el trabajo, será necesario que el cuidado de la familia y el hogar se conviertan en responsabilidades realmente compartidas por hombres y mujeres“, agrego Ávila.
La problemática de la inclusión de las mujeres en los puestos superiores del organigrama de las empresas no es una asignatura pendiente sólo en Argentina. En el mundo, 79% de los hombres y 55% de las mujeres se reportan a un jefe hombre, mientras que 71% de los hombres y 69% de las mujeres creen que los hombres son favorecidos por sobre las mujeres para acceder a posiciones gerenciales cuando hay dos candidatos con igual calificación.
Cabe recordar que el Workmonitor es un relevamiento trimestral que realiza Randstad en 33 países del mundo entre Europa, Asia y América (Argentina entre ellos), sobre las expectativas, estados de ánimo y comportamientos de los trabajadores.
Movilidad
– En el tercer trimestre del año, la búsqueda activa de un nuevo empleo creció tres puntos porcentuales con relación al segundo trimestre de 2016, situándose en 14%.
– La confianza de encontrar un nuevo empleo fue de 64%, mientras que el miedo a perder el trabajo se situó en siete por ciento.