ESCUCHARPor Marcelo Diez (*)
En el dinámico mundo empresarial actual, las organizaciones buscan constantemente formas de mejorar su rendimiento y lograr un impacto más significativo en la sociedad. En este contexto, el propósito organizacional emerge como un elemento central que guía las acciones y decisiones de una empresa. Al mismo tiempo, las configuraciones sistémicas organizacionales se presentan como una herramienta innovadora y efectiva para explorar y fortalecer este propósito. ¿Cómo se conectan estas dos dimensiones y cómo pueden trabajar en conjunto para potenciar el éxito empresarial?
El propósito organizacional va más allá de la simple declaración de misión y visión de una empresa. Es la razón de ser que inspira a los empleados, a los clientes y a otros stakeholders. Un propósito bien definido y compartido puede alinear a toda la organización hacia metas comunes, brindando un sentido de dirección y cohesión. Además; muy de la mano de impactar en los tiempos de hoy, el propósito no sólo se centra en el beneficio económico, sino que también aborda el impacto social y ambiental de la empresa.
Configuraciones sistémicas organizacionales inspiradas en las configuraciones familiares, son una metodología que permite visualizar las dinámicas internas de una organización de manera gráfica y sistémica representando visualmente las relaciones entre los elementos de la organización, como los departamentos, equipos y líderes. Es una herramienta de exploración de las dinámicas muchas veces ocultas, revelando patrones y tensiones que podrían estar afectando el rendimiento.
El propósito organizacional y las configuraciones sistémicas organizacionales están interconectados de varias maneras:
1. Clarificación del propósito. Ayudando a visualizar cómo se refleja el propósito en las dinámicas internas de la organización. Al hacerlo, se facilita una comprensión más profunda de cómo ese propósito se vive en el día a día.
2. Identificación de obstáculos. Revelando obstáculos y tensiones dentro de la organización que pueden obstaculizar la realización del propósito. Identificar estos impedimentos es el primer paso para superarlos y fortalecer el alineamiento.
3. Optimización de equipos. Representando las interacciones entre los miembros del equipo, identificando posibles mejoras en la colaboración y comunicación. Un equipo alineado con el propósito es más eficiente y resiliente.
4. Adaptabilidad al cambio. Ayudando a la organización a adaptarse a cambios internos o externos de manera más efectiva, descubriéndose y permitiendo una evolución alineada con los valores fundamentales.
Las empresas que han adoptado esta perspectiva han experimentado reducción de conflictos internos, un aumento en la eficacia operativa e, incluso, mejoras en la moral de los empleados.
Este vínculo virtuoso en las relaciones humanas dentro de una empresa ofrece un enfoque holístico para el éxito sostenible. Al comprender y optimizar las dinámicas internas, una empresa puede alinear sus acciones de una manera equilibrada y armónica, cultivando así un entorno propicio para la innovación, el crecimiento y el impacto positivo en la sociedad.
La conexión entre propósito y configuraciones sistémicas, representa una valiosa oportunidad para transformar la forma en que las organizaciones operan y contribuyen al mundo que las rodea.
(*) Fundador y CEO de GoMess (Inner Leadership Academy)
