viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Tenemos que llegar antes que el virus

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La estrategia de la realización del test como elemento de prevención ya no merece objeción alguna. Cuanto antes la gente sepa de su condición de infectado por VIH, cuanto antes inicie el tratamiento, va a tener connotaciones positivas. Una persona tratada seguramente se va a morir de cualquier cosa, menos de VIH.

Por Ignacio Aguirre * – Exclusivo para Comercio y Justicia

De ahí la importancia de que todo el mundo se haga el test para que, descubriendo que está infectado, pueda hacer tratamiento y se impida la evolución a la forma grave de la enfermedad o transmisión del virus.

En Argentina decimos que unas 60.000 personas no saben de su condición de infectados; a éstas deberíamos llegar con esta información. Para eso no solamente tenemos que tener accesibilidad a los lugares de testeos, como plantea esta aplicación de Fundación Huesped, sino también generar una sociedad que sea inclusiva respecto al tema.

Muchísimas personas no quieren saber nada de hacerse el test, no sólo por temor a la enfermedad o a la muerte -que es inherente a la condición humana- sino por el temor a la peor de las muertes que es la “muerte social” que sobreviene a punto de partida del diagnóstico. Mientras sigamos teniendo una sociedad que discrimina, que expulsa, que estigmatiza, va a seguir habiendo mucha gente que no va a querer hacerse el test.

Es la sexualidad la que nos va a exponer a la infección. La epidemia es muy dinámica y nos plantea desafíos constantemente. Uno de esos desafíos es, por ejemplo, el grupo etário de la gente de 60 años. Antes no los teníamos dentro de las estadísticas y ahora sí. El advenimiento de la “pastillita azul”, cuando mucha gente se había llamado a cuarteles de invierno, hizo que esa franja etaria volviera a ejercer su sexualidad con su cultura del

“no uso del preservativo”, lo cual hace muy difícil que ahora lo utilicen. Ya no se trata solamente de apuntar a los adolescentes; los últimos siete infectados que atendí son personas mayores de 40 años. La epidemia es inclusiva, nos abarca a todos.

Tenemos que llegar antes que el virus. No sé si dos años antes, tres meses antes, dos horas antes, pero no valió nada el esfuerzo si llegamos 30 minutos después.

Esto tiene que ver no sólo con la información sino con poder aleccionar a una persona infectada para que se cuide y cuide a los otros. Estaría buenísimo que todo el mundo se haga el test, que es gratuito, confidencial y que es muy seguro.

* Bioquímico, coordinador del Grupo Adolescentes Contra el Sida (Aces)

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