Nueve de cada 10 profesionales padecen agotamiento laboral

Como consecuencia de la pandemia, muchas personas se encuentran sobrecargadas laboralmente y se sienten inseguras acerca del futuro. Si este agotamiento desemboca en mayores ansiedad y estrés, es evidente que la salud de los trabajadores de las compañías se ve gravemente afectada.

Un nuevo estudio de Adecco Argentina , empresa líder mundial en consultoría integral en recursos humanos, revela que casi 9 de cada 10 profesionales sufren de agotamiento y que 81% asegura estar más “quemado” (síndrome de burnout) ahora que al comienzo de la pandemia. A su vez, 89% de ellos sufre de agotamiento.

A partir de estos resultados, Adecco comparte algunas estrategias para prevenir el síndrome de burnout y ayudar a trabajar dentro de estándares saludables.

La primera recomendación es decir “no” pero dar opciones ante demasiadas solicitudes, reclamos y propuestas. La sensación de estar abrumado empeora si se aceptan muchas solicitudes. “En estos casos es conveniente comunicar que estás demasiado ocupado para brindar asistencia, pero también sugerir alguna instrucción o a otra persona para que pueda ayudar”, sugieren desde la consultora.

La segunda recomendación es analizar qué actividades ocupan el tiempo. A veces ocurre que los jefes realizan pedidos que técnicamente no son parte de las tareas asignadas. Si se está invirtiendo una cantidad considerable de tiempo en cosas que no brindan valor, se puede solicitar una reunión para identificar las tareas que se pueden abandonar o para analizar formas más eficientes de realizarlas.

Cuidarse es fundamental

La pandemia hace que muchos se sientan agotados mientras el trabajo se acumula. En cuanto a los gerentes, la mayoría indica que, en comparación con la prepandemia, hay menos énfasis en su bienestar “Por eso, no hay que perder de vista aspectos de cuidado personal: dormir, comer bien, hacer ejercicio y tomarse tiempo para familia, amigos y las actividades que se disfrutan”, agrega Adecco.

No esperar a que los demás digan que no están bien

A veces, las personas no levantan la mano para decir que están estresadas pero podrían abrirse si se les pregunta cómo están, y simplemente reconocer que es un tema importante. “Hay señales para identificar quién puede necesitar un ‘reinicio’: cometen más errores de lo habitual o no cumplen con los plazos, por ejemplo. El área de relaciones institucionales puede desempeñar un papel clave al asesorar a los gerentes sobre cómo brindar apoyo”.

Desconectarse es clave

Antes de la pandemia, en las rutinas estaban incorporadas actividades como escuchar música durante el trayecto a la oficina, encontrarse en una cafetería o conversar unos minutos en el ascensor. Hoy, es común estar solos con el trabajo y la computadora día tras día. “Preferentemente, hay que distanciarse de eso: tomar un poco de aire fresco, incluso si es sólo una caminata alrededor de tu casa; cambiar de espacio físico para trabajar, ya sea otra habitación, o trasladarse a un bar por unas horas a la semana”, propone la consultora. Si es posible, coordinar con el equipo para elegir un día para volver a la oficina y dejar que la colaboración en persona comience nuevamente.

De lo que se trata es de incorporar hábitos que ayuden a conservar la energía en medio de nuevas formas de trabajar evitando llegar al agotamiento laboral.

Síndrome

La Organización Mundial de la Salud (OMS) está llamando la atención sobre el problema del estrés relacionado con el trabajo . En la nueva versión de su manual de enfermedades, la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), que entró en vigor en enero pasado, se actualizó el concepto de agotamiento. La nueva definición lo llama ”síndrome” y específicamente relaciona el agotamiento con el “estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito”.

Cabe señalar que no se clasifica el problema como una condición médica sino que se denomina agotamiento un “fenómeno ocupacional” y lo incluye en un capítulo sobre “factores que influyen en el estado de salud o el contacto con los servicios de salud”.

Para la OMS, se caracteriza por “sentimientos de agotamiento, o agotamiento de la energía; aumento de la distancia mental del trabajo, o de negativismo o cinismo relacionado con el trabajo; y reducción de la eficacia profesional”.

La nueva definición brinda más legitimidad a las personas que lo sufren y es considerado un problema grave.

Elaine Cheung, profesora de ciencias sociales médicas en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, considera que es necesario que haya una mayor discusión crítica sobre cómo podemos medir y definir esta condición con mayor precisión. Cheung agregó que la nueva definición de la OMS podría aumentar la conciencia sobre el problema del agotamiento, no sólo entre los trabajadores de la salud sino también entre los individuos y los empleadores. También consideró clave resaltar las facetas específicas del agotamiento.

Asimismo, la especialista añadió que ciertos aspectos de la cultura del lugar de trabajo pueden aumentar el riesgo de burnout . En ese sentido, los empleadores tienen un rol fundamental en su tratamiento, al prestar atención y analizar si los empleados tienen un sentido de comunidad en el trabajo, si pueden establecer relaciones sociales sólidas, así como tener en cuenta que exista equilibrio entre carga de trabajo, balance de vida y tareas saludables.

La nueva definición de la OMS también requiere que, para diagnosticarlo, los profesionales de la salud mental deben descartar la ansiedad, los trastornos del estado de ánimo y otros relacionados con el estrés.