Karina Batthyány, secretaria Ejecutiva del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), afirmó que para avanzar en materia de equidad de género son necesarias políticas de transformación cultural, como “romper con esa idea que tenemos todos en la cabeza de que cuidar es cosa de mujeres”
¿De qué hablamos cuando hablamos de la sociedad del cuidado?, y ¿por qué tiene en este momento una importancia estratégica para América Latina y el Caribe? “Es importante plantear la necesidad, a partir de la experiencia que nos ha dejado la pandemia, aunque por supuesto es un tema anterior a ella, de colocar a las personas y los cuidados en el centro, desplazando uno de los ejes que tenemos nuestras sociedades latinoamericanas y caribeñas, que es el mercado, y no a las personas, el cuidado y el cuidado de la vida”.
La afirmación pertenece a Karina Batthyány, secretaria Ejecutiva del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), quien el martes próximo analizará los desafíos del trayecto hacia la sociedad del cuidado en América Latina. Será en el marco de un seminario abierto y gratuito organizado por el Centro de Estudios Avanzados de la Facultad de Ciencias Sociales (CEA-UNC). Antes dialogó con Comercio y Justicia.
AGENDA
Seminario abierto “Desafíos hacia la sociedad del cuidado. Una mirada desde América Latina y el Caribe”.
Martes 9 de noviembre, a las 17, por Zoom con inscripción previa vía [email protected] y transmisión en vivo por el canal de YouTube de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC.
“Esta temática del cuidado es uno de los nudos críticos de las desigualdades de género y evidentemente cuando miramos el panorama regional encontramos que los distintos Estados, los distintos gobiernos de América Latina están comenzando a dar respuestas a esta problemática o crisis de los cuidados de distinta manera. Hay diferentes niveles de avances, algunos todavía de manera muy incipiente, que apenas colocan el tema en la agenda pública, y otros países que han dado pasos más significativos como puede ser el caso de mi país, Uruguay, que tiene actualmente un sistema nacional de cuidados en funcionamiento. En ese sentido hay otros países, donde se destaca el caso de Argentina, que no solamente han colocado este tema en la agenda pública sino que se están dando pasos firmes hacia la formulación de una política nacional o de un sistema nacional de cuidados”, afirma Batthyány, doctora en sociología.
– ¿Cuáles son los desafíos en la región en materia de cuidados?
– En estos momentos, en que empezamos a salir de la pandemia, nuestras sociedades tienen enormes desafíos. Uno de ellos es volver a discutir la relación Estado-sociedad y el papel del Estado en la formulación de políticas que permitan sociedades más justas, equitativas, igualitarias, democráticas, y que si vamos a discutir esos temas, tenemos que incorporar estos nudos críticos de las desigualdades sociales, de género, en las que el cuidado tiene un papel privilegiado. No podemos avanzar en materia de equidad de género en nuestra región si no abordamos estas desigualdades que surgen en el campo del cuidado, porque el cuidado está en el origen de muchas otras desigualdades de género, como por ejemplo las desigualdades que observamos en el mercado laboral. Allí, cuando uno empieza a analizar esos indicadores, encuentra la relación con estas situaciones de cuidado.
– ¿Cuáles son las políticas de cuidado fundamentales para generar un cambio frente a las desigualdades de género?
– Cuando hablamos de políticas de cuidado en general hablamos de cinco tipos de políticas. Las primeras son las de tiempo. Tienen que ver con todo el capítulo de las licencias para el cuidado (maternales, paternales y para el cuidado, más allá del nacimiento de los hijos). En ese sentido, la normativa en Latinoamérica ha avanzado reconociendo períodos más largos para las madres, reconociendo algunos períodos para los varones aunque todavía con un retraso significativo en función de la experiencia internacional. También políticas de tiempo que permitan adecuar o articular todo lo que es el tiempo para el trabajo o para el mercado laboral, con el tiempo del cuidado, con flexibilizaciones de horario.
Después hay un conjunto de políticas que le llamamos de servicio, que tienen que ver con los que se brindan en el ámbito de la sociedad para atender las distintas demandas. El ejemplo más claro son los centros de cuidado infantil, o los centros de atención a las personas mayores dependientes. Algo sobre lo que también se ha avanzado en nuestros países.
Hay un tercer grupo de políticas -que yo las pongo un poco en cuestión- que son las políticas de dinero, que es la transferencia de recursos a los hogares que tienen demanda de cuidados para que resuelvan sus necesidades de cuidado; son las menos implementadas en América Latina.
– ¿Cuáles son las más estratégicas?
– Agrego dos más, que son las políticas que tienen que ver con la transformación cultural, es decir, romper con esa idea que tenemos todos en la cabeza de que cuidar es cosa de mujeres y entender que cuidar es cosa de todos y de todas, varones, mujeres y que también desde distintos niveles, es decir, es una cuestión de los hogares y también otros agentes como el Estado, como la comunidad, como el propio mercado. Trabajar con estas políticas culturales que permitan en definitiva avanzar en la modificación de la división sexual del trabajo.
Por último, las políticas laborales en el sentido de que cuando uno avanza en la formulación de políticas del cuidado, surge un montón de ocupaciones, profesiones asociadas a esta cuestión de cuidado, que debemos tener mucho cautela de que efectivamente sean ocupaciones o profesiones de calidad, con empleos dignos, con seguridad social, y que no se repitan algunos errores del pasado, como por ejemplo con las trabajadoras domésticas que siempre tuvieron la peor categoría ocupacional, el peor salario y costó mucho reconocerles sus derechos en seguridad social.
-En materia formativa, ¿qué se está transformando en las ciencias sociales en este tema?
– En materia de formación, este tema empieza a aparecer en la currícula de las ciencias sociales, empieza a aparecer en distintos cursos, por ejemplo en Clacso tenemos una especialización de posgrado destinada al tema y también se puede observar en otros espacios de formación de posgrado, incluso de grado en la currícula de los cientistas sociales. Es un tema relativamente novedoso y que desafía también las ciencias sociales en materia de investigación y formación.