El 24 de febrero de 2022 fue un día trágico. El Kremlin ordenó invadir Ucrania. Lo que el alto mando ruso imaginó como un paseo triunfal y la toma festiva de Kiev se transformó en el escenario de una guerra que parece sin solución. Una trampa de la que los principales actores no pueden escapar.
Un alto jefe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en una larga entrevista, le transmitió al presidente ucraniano sus impresiones de la guerra: el frente, más allá de las erupciones que significan los bombardeos, está estabilizado.
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