Si bien disminuyó 30% entre 2002 y este año, el segmento etario de entre 35 y 44 años es el que más abandonó el cigarrillo. Por el contrario, los jóvenes (entre 18 y 24 años) aumentaron su consumo en 10%.
Si bien muchos factores son los que seguramente están actuando para que el consumo de tabaco disminuya, las restricciones gubernamentales antitabaco, sumadas a las políticas restrictivas aplicadas a la publicidad de las tabacaleras están aportando lo suyo para que este hábito se siga reduciendo. El consumo de tabaco disminuyó 30 por ciento en el lapso que va de mayo de 2002 a enero de 2011. Si bien es una buena noticia, de esto surge una incertidumbre: ¿quiénes son, en términos demográficos, los que generaron esta baja en el consumo de cigarrillos?
Para identificar el perfil del consumidor de tabaco, MEC Argentina realizó una investigación “hacia adentro” del mundo de los fumadores. Una de las principales conclusiones a las que arribó el estudio es que “el perfil del consumidor de tabaco varió desde 2002 en comparación con el fumador de 2011”.
En términos de género no se modificó el perfil del fumador, ya que tanto hombres como mujeres fuman en porcentajes muy similares en el año 2002 y en el 2011.
“La edad es la variable que sí ha modificado el perfil del fumador en estos últimos años, siendo el segmento etario de 35 a 44 años el que más abandonó este consumo. Seguramente, alcanzar la madurez esté generando una mayor concientización del daño que este hábito genera. En contraposición a esto, los más jóvenes, aquellos que tienen entre 18 y 24 años aumentaron su consumo en 10 por ciento”, puntualizó la investigación.
Consecuentemente con la edad, son los jóvenes quienes poseen el nivel más bajo de interés por su salud, pues desde su lugar ven la muerte todavía muy lejana.
También el nivel socioeconómico ha modificado en el perfil del fumador, siendo el nivel más alto de la pirámide socioeconómica el que más abandonó el consumo de tabaco (12 por ciento de variación entre el año 2002 y 2011).
Punto máximo
Algo interesante es conocer la edad de inicio del consumo de tabaco. Según el informe, si bien son los segmentos más jóvenes los que más tempranamente adquieren el hábito, el punto máximo de consumo se presenta entre los 21 y los 23 años. Entre los 55 y 60 años se evidencia una fuerte caída del consumo.
“Si bien son los hombres quienes comienzan a fumar primero a temprana edad, las mujeres fumadoras, en cambio, entre los 40 y los 45 años, superan el consumo masculino de tabaco”, completó MEC Argentina.
A la hora de recrearse, las fumadoras revelaran concurrir al gimnasio con regularidad, mientras que los hombres manifiestan practicar deportes, al menos, dos veces por semana. Tanto las mujeres como los hombres revelan una mayor afinidad con la actividad física que el promedio de la población, dato que parece evidenciar intensiones de contrarrestar el mal hábito.
Radiografía
Conscientes o no del daño que genera este hábito, las mujeres son las que presentan una mayor preocupación por el cuidado de su salud, según el informe. Declaran realizarse exámenes de salud con frecuencia aunque se sientan bien. También, en ellas, es muy fuerte la importancia que le dan a la estética, pero se trata de una estética asociada a la “delgadez” y a la “juventud”. Les otorgan mucha relevancia a las calorías que ingieren, están siempre pendiente de su peso, o intentan perder kilos, prefiriendo siempre comprar la versión light de los productos que consumen habitualmente. “Aunque nos parezca raro, ellas se muestran a favor de las restricciones para fumadores, contrariamente, los hombres, no opinan de igual manera”, completó el informe y añadió que en el hombre fumador el cuidado de la salud no es algo relevante.
El mensaje
Pero, más allá de las particularidades que presentan hombres y mujeres fumadores, lo importante es que el consumo de tabaco viene disminuyendo. Si lo que se busca es concientizar sobre los daños que el tabaco genera a fin de desestimular su consumo, esta concientización debería dirigirse a los segmentos más jóvenes, ya que son quienes más han aumentado su consumo en estos últimos años. A su vez es el segmento más duro y poco permeable hacia este tipo de comunicación.