Los electrodomésticos locales, cada vez con mayor inserción. En heladeras, su participación pasó de 58% en 2008 a 80% en 2010; en cocinas de 78% a 95% y en lavarropas de 75% a casi 90%.
Debido a la crisis internacional que comenzó a finales de 2008, la mayoría de los países del mundo iniciaron políticas incisivas de exportaciones para colocar los remanentes de su producción nacional. En ese marco, la situación era muy difícil para naciones en desarrollo –como Argentina- que pretenden fortalecer su industria para incrementar las fuentes de trabajo y achicar los déficit comerciales externos, pues la competencia con sectores manufactureros mucho más poderosos era a todas luces desigual. Pese a ello, hubo rubros en los cuales se lograron importantes avances, y uno de ellos fue el conocido como “línea blanca”.
Según datos oficiales difundidos días atrás, la producción de electrodomésticos nacionales será récord histórico este año y éstos, además, han ganado participación en el mercado interno. Este fenómeno de mayor inserción de la fabricación nacional está especialmente evidenciado en productos de línea blanca esenciales para el hogar -como lavarropas, cocinas y heladeras-, en los que las manufacturas argentinas ya tienen una porción del mercado de hasta 90%.
El caso más emblemático en cuanto a participación en el total de las ventas es el de las heladeras: en 2003 los refrigeradores de fabricación nacional apenas ocupaban 30% del mercado, y hoy se quedan con el 80%.
El sector de línea blanca tuvo un excelente año en materia de producción, favorecida por el mayor consumo interno –récord en el caso de algunos electrodomésticos- y una política de defensa de los productos nacionales ante la competencia desleal. También la favoreció el inicio de un proceso de sustitución de importaciones relacionado con la radicación de firmas extranjeras en el país y con nuevas inversiones privadas para ampliar la capacidad de producción.
En ese sentido, las inversiones anunciadas en el sur del país desmintieron todos los malos presagios que se plantearon cuando se aprobó la promoción industrial en Tierra del Fuego: ni los aumentos de precios fueron desmesurados, ni hubo problemas de abastecimiento de algunos productos. De todos modos es cierto que, en varios rubros específicos, el país aún debe mejorar la integración industrial, para reducir las importaciones.
Un 2010 histórico
La producción nacional del conjunto de los electrodomésticos alcanzará nuevo récord en este año, como lo demuestra la tendencia de los primeros once meses del año y superará los máximos históricos. En promedio, la fabricación aumentó 35% con respecto a 2009.
De acuerdo con datos del Ministerio de Industria de la Nación, en particular la fabricación de heladeras se incrementó 25% con relación al máximo de 2009, que ya había superado los niveles del año previo, y en casi 50% los de 2008. En tanto, la producción de lavarropas aumentó 48% con respecto a 2009 y 27% en comparación a 2008, mientras que las cocinas aumentaron su producción 30% contra 2009 y 16% comparando con 2008.
Este incremento de la producción se dio paralelamente a una caída de las importaciones, que en conjunto fue de 45% entre 2010 y 2008, tomando los 10 primeros meses. Las importaciones de cocinas cayeron 70%, las de lavarropas 50% y las de heladeras un 30% entre ambos años. Se dio entonces un claro proceso de sustitución de importaciones y, en consecuencia, el ahorro de divisas por las menores importaciones en estos dos años superó los 50 millones de dólares.
Como correlato de este proceso, la producción nacional ganó participación en el mercado local. Por ejemplo, en heladeras pasó de 58% en 2008 a 80% en 2010; en cocinas de 78% a 95% y en lavarropas de 75% a casi 90%.
En el marco de la enorme expansión que se registraba en el consumo de electrodomésticos, la sustitución de importaciones desvelaba al Gobierno, para que el boom de demanda no se convirtiera en un boomerang por el lado comercial. Lo mismo ocurre en otros rubros, como el automotor –en el que hay importantes avances- y en la fabricación de motos –en la que existe muy poca sustitución de importaciones–.