El autor del blog rambletamble disertó este martes en la Facultad de Lenguas (UNC), invitado para participar de un ciclo organizado por la Convocatoria Generacional Peronista.
Artemio López anticipó a Comercio y Justicia que Cristina Fernández se encuentra en una situación similar a la de 2007 con una intención de voto en torno a 47%. Indicó que la novedad es que la segunda minoría “dejó de ser Elisa Carrió” quien hoy tiene 4% de intención de voto. El Acuerdo Cívico y Social de Ricardo Alfonsín está con 17 puntos y proyecta 20. La tercera alternativa es Mauricio Macri, con 10 puntos nivel nacional. Con 11% de indecisos, “los números del justicialismo serán mejores que en 2007”.
– A un mes de la muerte de Néstor Kirchner ¿hay algún cambio en la postura de la Presidenta?
En líneas generales con respecto al 30% de votos que obtuvo en 2009, Cristina Fernández ya había recuperado casi seis puntos antes del fallecimiento de Néstor Kirchner. La contundencia del escenario electoral a favor del kirchnerismo no es todo atribuible a la muerte de Kirchner. Hubo medidas específicas de gestión, como la Asignación Universal por Hijo y la reestatización del sistema de jubilaciones privado que, fueron medidas convalidadas por el 80% de la población. A partir del fallecimiento de Kirchner hay un crecimiento fuerte de la popularidad de la Presidenta, una relación más armónica con los sectores que protagonizaron antes fuertes disputas.
Durante el velatorio de Kirchner aparecen en escena los jóvenes, después de una década en que la política quedó encapsulada en el discurso tecno-burocrático. El liderazgo de Kirchner, con la política como terreno de disputa, convocó sectores que hacía rato no participaban en política y que tendrán que canalizarse en las estructuras partidarias.
– ¿Hubo un quiebre en la imagen de Cristina a partir del 27 de octubre?
Creo que hay varios motivos. Además de la gestión de Cristina y del fallecimiento de Kirchner, lo que hay es una defraudación enorme respecto de la oposición que se mostró como un conglomerado sin unidad política posible. El mejor indicador para poder observar la defraudación con respecto a la oposición es la figura de (Julio) Cobos. Cobos fue el emergente más nítido de popularidad, en términos personales, del conflicto por la 125. La caída a partir de junio de 2009 hasta hoy es enorme. Con 75 puntos de popularidad, hoy disputa 30 puntos. Lo que en principio fue un gesto de oposición que un segmento de la ciudadanía juzgó como genuino, luego se transformó en una campaña sistemática personal. Esa rutinización de la postura opositora terminó por desmoronarla.
– El vínculo con el FMI para reformular el Indec, ¿constituye una señal propia del gobierno de Cristina? ¿Hubiera sido posible con Kirchner?
No creo que no hubiera sido posible. Incluso Kirchner había tomado nota de que el escenario electoral había cambiado. Es una novedad en su contundencia, pero no en su tendencia. Cristina es hoy una Presidenta que en términos electorales está muy distanciada del resto. La gestión la está llevando a ganar las elecciones de manera contundente con vistas a 2011. Eso obviamente cambia su relacionamiento con la sociedad y con la propia oposición. Me parece que cambia la perspectiva cómo se ve la Presidenta desde el periodismo y desde la opinión pública. Iguales gestos son evaluados hoy de una manera distinta. Es cierto que la Presidenta cambió, ha sucedido un episodio fuerte en su vida personal, en términos institucionales está con una solidez y una robustez que no tenía anteriormente.
Por otro lado, el Indec debe ganar credibilidad, Las consultoras no tienen la capacidad de construir índices de precios a esa escala. Muchos discursos opositores tenían asociados consultoras privadas que les daban números escandalosos.
– Antes, los encuestadores daban que, en cualquier escenario de balotaje, Cristina perdía…
Eso es algo apresurado. Nunca compartimos esa idea, porque hay que esperar los resultados de la primera vuelta. No es lo mismo ganar por un punto, por diez, por siete.
– Ahora todos coinciden en que gana en primera y en segunda vuelta también…
Por supuesto, hoy no hay discusión sobre el hecho de que gana en primera vuelta. Aventurar una segunda vuelta, cuando todavía no se sabían los candidatos, era oposición política.
– Con respecto al despegue fuerte después de la muerte de Kirchner, el “efecto luto”, ¿se consolida con la gestión propia o cree que después se va a decantar?
Tengo toda la impresión de que está empalmado con una tendencia anterior. Efectivamente puede haber un porcentaje de ciudadanos que no acompañe. Pero me parece que la participación de sectores juveniles y lo que implicó el cambio de paradigma de comportamiento político, es mucho más que un estado de opinión pública. Es tan contundente lo que pasa en términos electorales, que no cambiará drásticamente.
– Y la oposición no cuenta con un referente destacado…
Lo más notable que se observa es Ricardo Alfonsín. Pero hoy a escala nacional eso está en 17 puntos y proyecta 20. La fórmula Alfonsín-Binner está casi a 25 puntos de cualquier escenario, por lo tanto también se complica su armado. En Santa Fe hoy no está clara la alianza entre radicales y socialistas. Esto altera la relación de fuerza en esa provincia y va a terminar impactando en la fórmula nacional.
– ¿Cómo lo ve a Schiaretti frente a este escenario?
Hubo un acercamiento. En el viaje de Cristina a Córdoba se mostró. Sucedió que el conflicto por la 125 produjo ruidos y distanciamientos coyunturales por cuestiones muy específicos en provincias donde el sector agropecuario tiene mucho peso.
– Pero nunca comulgó con la posición de los Kirchner…
Pero al mismo tiempo creo que tampoco hubo un distanciamiento en términos ideológicos. Lo que hubo fue un episodio en términos de coyuntura política puntual que se prolongó en el tiempo. El relacionamiento personal entre Schiaretti y Cristina nunca fue traumático.
– De ahí a verlo como candidato a vice…
Bien, eso no lo puedo asegurar. Por el volumen de la provincia, en términos productivos y lectorales, obviamente Córdoba es una provincia que tiene presencia a nivel nacional, sin duda.