Como expresan José Lázaro y Diego Gracia en su obra La relación médico-enfermo a través de la historia, uno de los hechos más destacables de los siglos XIX y XX es una “rebelión del sujeto” que colocó al paciente como protagonista de su propio tratamiento médico con voz y decisión respecto de éste. Entienden que es la proyección al campo de la medicina de la reivindicación de la libertad individual producida en lo político y social a partir de principios del siglo XVIII hasta comienzos del XIX, con las revoluciones liberales del mundo moderno.
De nuestra parte agregamos a eso el creciente proceso de dignificación del ser humano dado por los movimientos de pensamiento que confluyeron en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y se profundizaron a partir de ésta.
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