Incorporar la perspectiva de género significa adoptar esa mirada en nuestras actividades, asegurándonos de velar por que todas las personas se beneficien por igual y no se perpetúe la desigualdad entre mujeres y hombres. Ello se sustenta en el pilar de la igualdad de género, que significa que las mujeres y los hombres están en igualdad de condiciones, de trato y de oportunidades para desarrollar todo su potencial, garantizar el respeto de sus derechos humanos y su dignidad y, al mismo tiempo, contribuir o beneficiarse del desarrollo económico, social, cultural y político. La igualdad entre hombres y mujeres supone, por ende, que la sociedad valore por igual sus semejanzas y diferencias, así como los papeles que desempeñan. Requiere que tanto los hombres como las mujeres sean miembros de pleno derecho en su familia, su comunidad y su sociedad.
Los procesos que se llevan adelante mediante mecanismos de gestión de conflictos y el género, en tanto proceso relacional y elemento de identidad, son parte de una construcción en común con otros que se vinculan entre sí.
El análisis de los conflictos basado en consideraciones de género es un paso esencial para un desarrollo de gestión de la conflictividad integral y comprometida con todas las personas. Esto supone que dicho enfoque se aplique en todo proceso de observación de las conflictivas para lo cual se requiere evaluar la dinámica subyacente en las relaciones sociales.
Asimismo, la temática supone además reflexionar sobre la importancia del lenguaje no sexista para una comunicación inclusiva en los métodos adecuados y participativos de gestión de controversias, en los cuales la comunicación juega un papel preponderante.
El estudio de esta temática gira en relación a las normas, los roles y las relaciones de género. Dicha tarea le interesa a la organización social. Cabe destacar que la división, la jerarquía y los papeles con base en el sexo tienen sus consecuencias para las personas en todos los ámbitos de la vida y la sociedad. Es así que no existe ningún contenido indiferente que escape al sistema sexo-género y la gestión de las conflictivas es uno de ellos.
Considerar las diversas problemáticas ya sean de índole familiar, civil, penal, laboral, comercial, escolar, social, comunitaria o internacional, a través de la lente de la perspectiva de género permite observar y comprender las características que definen a las mujeres y a los hombres de manera particular con las complejas y diversas relaciones sociales, así como los diferentes conflictos institucionales y cotidianos que deben enfrentar y el modo en que lo hacen conforme a los recursos con los que cuentan.
La articulación de la gestión de la conflictividad con el lente de la perspectiva de género en el ejercicio del rol profesional brinda herramientas para el trabajo práctico, aspirando a que se amplíen los espacios de procesos composicionales. De esta manera ofrece a la ciudadanía distintas opciones en términos de respuesta oportuna y proyecta una utilización eficaz y eficiente de los procesos de diálogo (tales como la mediación, la conciliación, la facilitación) tendientes a la transformación y superación de las situaciones de conflictos.
El estudio de la conflictología con perspectiva de género permite enriquecer el contexto de la práctica profesional en razón de que otorga un instrumento integral de trabajo a las y los profesionales intervinientes, favorece la comunicación más efectiva y se enmarca en un eficaz acceso a justicia acorde a las realidades sociales actuales.
En este marco, diferentes formaciones académicas, tal como la que se realizará el próximo lunes 1 de agosto en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Córdoba, sobre “Mediar con perspectiva de género”-, ofrece una metodología reflexiva acerca del desarrollo y/o fortalecimiento del saber práctico a partir de la comprensión de la igualdad como paso necesario para una perspectiva de género en el trabajo diario de abordaje de conflictivas, efectuando un análisis de los hechos basado en consideraciones de una mirada integral de las controversias. Ello propicia espacios de trabajo comprometidos con el saber hacer profesional, delineando modalidades de intervención que resulten de utilidad para el diseño de procesos en la gestión de la conflictividad, como así también el desarrollo de competencias necesarias para la revisión de la práctica profesional.
(*) Abogada. Doctora en Derecho y Ciencias Sociales por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNC. Máster en Mediación penal por la Universidad de Valencia, España. Mediadora. Docente. Integrante de la Red Federal de Mediadoras con Perspectiva de Género de la República Argentina. [email protected]
Magnífica nota con el tratamiento adecuado sobre un tema tan actual!