ESCUCHARPor Moris Beracha (*)
La subida del precio del bitcoin experimentada durante las últimas semanas fue, sin duda alguna, el motor que impulsó la apertura de cientos de miles de cuentas en Argentina. Un mercado de por sí cautivo, en el cual las plataformas existentes para comprar, vender y transferir monedas digitales experimentaron un comportamiento algo inusual durante los días recientes.
De acuerdo con una investigación llevada a cabo por el equipo del medio digital Infobae, algunas de las razones que podrían estar motivando a los ciudadanos de Argentina son amparar sus inversiones al dólar y, de esta manera, poder sortear con mayor facilidad la espiral inflacionaria.
El auge por vender y adquirir criptoactivos hizo posible que creciera exponencialmente la oferta de servicios en ese sentido. Como tal actividad aún no está sujeta a una instancia regulatoria, se hace imposible conocer las cifras reales.
Según un reporte de Coelsa -cámara compensadora electrónica creada por la mayoría de los grandes bancos públicos y privados argentinos para implementar el Nuevo Sistema Nacional de Pagos-, existen unos 12 millones de cuentas con CVU (clave que identifica a una cuenta virtual no bancaria). A raíz de la suba del precio del bitcoin se intensificó el número de plataformas desarrolladas para comprar, vender y transferir monedas digitales.
Aunque se ha recomendado no destinar más de 5% de la cartera a las cuentas cripto, la euforia se mantiene. El mercado aún atraviesa una etapa netamente experimental y es necesario recalcar que dos millones de cuentas no necesariamente se traduce en dos millones de clientes activos. Éstas se abren de manera gratuita y el proceso es fácil y expedito. Así que muchos de quienes ingresan, lo hacen a título exploratorio.
Entre las aplicaciones que más se han destacado para operar con criptomonedas se encuentran Ripio y Binance, y luego Bitso. Esta última ha informado que logró captar unos 375 mil clientes, a menos de un año de su salida al mercado. Otras formas que también se han destacado son Buenbit y SatoshiTango.
Paralelamente, algunos usuarios también emplean billeteras descentralizadas, de las cuales no se obtiene trazabilidad alguna ya que ingresan con claves privadas. Es decir, hay cualquier cosa… Lo importante y destacable: tener precaución y dejarse asesorar por los expertos en la materia.
¿Cómo saber quiénes invierten en criptomonedas?
Definitivamente, no existe un perfil definido de personas que deciden arriesgarse e invertir en bitcoin y otras criptomonedas. Muchos de ellos buscan salvaguardar su dinero en inversiones que, a mediano o largo plazos, les pueden obtener interesantes rendimientos. Otros buscan que su dinero quede lejos del radar, fuera de la observación.
En Argentina pueden presentarse varias situaciones: unos cuantos no confían en el sistema financiero del país y buscan a toda costa saltarse las inmensas trabas que tienen los ahorristas al momento de justificar el origen de sus recursos. Con ello no queremos decir que sean inversiones poco transparentes o turbias, simplemente son diferentes.
En otro grupo también podemos encontrar a aquellos que, motivados por el auge y crecimiento que ha experimentado el mundo cripto en los últimos tiempos, quieren experimentar y obtener rápidas ganancias en un entorno altamente riesgoso, en el cual la palabra “confianza” es el único respaldo de la inversión.
También existen inversionistas quienes, huyendo de la inflación (uno de los males que padece la economía local) y en la búsqueda de incrementar el valor de sus recursos, hacen fuertes apuestas a las criptomonedas, intentando asegurar el valor de sus inversiones.
Una de las características interesantes que ofrece esta nueva alternativa -si se quiere, de ahorro- es que no tiene fronteras geográficas. Coexiste en un universo virtual. Y por si esto no fuese poco, también podemos señalar que es totalmente democrática: todos, con pequeñas o grandes cantidades de dinero, pueden hacerse de una parte de la torta en el mundo de las monedas virtuales.
Al principio, lograr tener dinero digital era sólo una inquietud juvenil. Se trataba de personas de menor edad, familiarizadas con la tecnología, que estaban detrás de alternativas que les permitiesen obtener dividendos en lo que podría llegar a considerarse sus primeros ahorros. Posteriormente se fueron sumando ejecutivos de mayor rango y edad cuando observaron que no sólo se trataba de una aventura y que podría llegar a ser la alternativa a futuro. Sin embargo, paradójicamente, los inversionistas tradicionales, altamente sofisticados, no observaban con mucho interés esta opción.
Ahora bien, Argentina no ha escapado a la llamada fiebre por las criptomonedas y actualmente los portafolios de inversiones las han incorporado como una muy atractiva opción. Empresas grandes y pequeñas, así como diversos perfiles de clientes, se interesan por conocer más acerca del tema, y la cantidad de pesos destinados a adquirir bitcoin ya es el equivalente a lo que mueve la Bolsa de Valores porteña, lo que ha generado mucha liquidez.
Varias operadoras, al ser consultadas, reiteraron que la principal motivación de los argentinos para ahorrar en cripto es sencillamente escapar de la inflación y ahorrar en dólares, y así sortear el tope de adquisición de 200 dólares al mes. Ello se tradujo en un fuerte desarrollo de las stablecoins, las cuales no tienen la volatilidad del bitcoin debido a que están atadas al valor de una moneda convencional como el dólar.
Los argentinos han resultado ser un poco más cautelosos al momento de invertir en cripto. De allí que prefieren cotizaciones ligadas al dólar, como el activo DAI (stablecoin). Además, el Banco Central ha comenzado a interesarse más en la materia y a tratar de intervenir. Es por ello que están solicitando información a los gremios que agrupan a las entidades financieras y bancarias, con la finalidad de identificar a los clientes que posean cuentas en criptoactivos o que realicen operaciones en ese sentido.
Se espera que, a mediano plazo, los exchanges comiencen a ser regulados. Mientras tanto, la fiebre por los criptoactivos se apodera de los argentinos.
(*) Emprendedor e ingeniero financiero
