Noventa por ciento de un aparato electrónico es reciclable; sólo se reutiliza 10%
Existe un redituable mercado en la reutilización de los residuos de materiales electrónicos que no está siendo aprovechado en Latinoamérica: sólo 10 por ciento del oro, plata y cobre de la basura electrónica es reciclado, teniendo en cuenta que 90 por ciento de un aparato electrónico es reciclable. Los motivos son variados. Por un lado, una estructura de reciclaje aún informal a la que se destinan muy pocos recursos y, por otro, la falta de acuerdo entre gobiernos y empresas acerca de la necesidad de una ley que regule el manejo de este tipo de desechos.
Cuando hablamos de desechos, nos referimos a desechos electrónicos de teléfonos celulares, baterías, computadoras y todo tipo de aparatos que contengan oro, plata, cobre y otros minerales. El re-aprovechamiento de los minerales no sólo sería ecológico sino que generaría un mercado de grandes proporciones.
Según los datos de la Unesco, en América Latina y el Caribe ya se acumulan más de 800 mil toneladas de desechos informáticos.
Las cifras más certeras son las que difunde la Plataforma Regional de Residuos Electrónicos en Latinoamérica y el Caribe (Relac), que indican que los latinoamericanos tiran entre 2,4 y 4,2 kg de basura al año. Sin embargo, siendo que las cifras son de 2010, los especialistas estiman que la cifra podría haberse duplicado en los dos últimos años; el problema continúa siendo la falta de números oficiales al respecto.
Concretamente en Argentina, Greenpeace comunicó que durante 2012 se desecharon 10 millones de teléfonos móviles, que de acuerdo con estimaciones de ese grupo ecologista, si el país hubiera los hubiese reciclado, habría obtenido casi US$12,5 millones en oro, US$1,8 millones en plata y US$664.000 en cobre, un número para nada despreciable.
Negocio con obstáculos
En Estados Unidos y Europa existe una legislación que obliga a los fabricantes a ocuparse de los desechos que crearon, dado que la logística es fundamentalmente el problema con la gestión de la basura electrónica.
El negocio puede ser muy redituable con la salvedad de que el productor debe encargarse de transportar los desechos hasta la empresa de reciclado, cuestión que también encarecería los costos de las primeras y que son el principal motivo por el que no quieren hacerse cargo de su traslado.
Organizaciones protectoras del medio ambiente y empresas de reciclado pugnan por una ley que fuerce a los fabricantes a ocuparse de recolectar los aparatos que producen, el nudo del problema de la basura tech.
¿Cuál es la situación en la región? Muy pobre. En Argentina un proyecto de Ley de Basura Electrónica, impulsado por organizaciones ambientalistas recibió media sanción del Senado en 2010, pero perdió estado parlamentario a fines de 2012 y por el momento no avanza.
En Colombia, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible anunció en 2012 que 41 empresas ( 45 por ciento del mercado de empresas tecnológicas) conformaron el “sistema de recolección selectiva y gestión ambiental de residuos de computadores y/o periféricos” de Colombia. Bajo el nombre de EcoCómputo centraliza la gestión de de recolección, transporte, almacenamiento, tratamiento y aprovechamiento de este tipo de residuos.
Por su lado, si bien Costa Rica durante 2010 promulgó la ley para la Gestión Integral de Residuos, su aplicación concreta sufre obstáculos como la “cuota” de reciclado que debe cumplirse cada año, una cifra sobre la que la industria local tecnológica no se pone de acuerdo.
Brasil creó por lo menos 12 programas relevantes de separación de materiales en las ciudades de Curitiba, San Pablo, Porto Alegre, Santos, Sao José dos Campos y São Sebastião.
Finalmente, en Chile, el proyecto REP Chile (sigla de Responsabilidad Extendida del Productor) diferenciará normas entre grandes y medianas empresas para fomentar el reciclaje de una manera justa, que se ajuste a los costos de producción y el tamaño de las compañías.