Ramón Javier Mestre, candidato a intendente por la Unión Cívica Radical, dice que es sólo la cara de un proyecto y lo muestra: 70 ex funcionarios de las administraciones de su padre y de Martí lo acompañan. Descuenta una buena relación con De la Sota.
Es el integrante más joven del Senado de la Nación y, con mandato hasta diciembre de 2015, Ramón Mestre (39) busca cambiar la plácida banca de Callao y Rivadavia por el sillón más caliente del Palacio 6 de Julio. Como la oficina que ocupa en un coqueto edificio con vista al Suquía y La Cañada lleva no sólo el nombre sino la huella de su padre, que aparece en el nombre de la Fundación donde instaló su bunker y en cada una de las paredes que la adornan. El alto en la campaña para la entrevista nos lo muestra en mangas de camisa y hablando de “poner el lomo” por la ciudad.
-¿En tres ideas centrales, cómo sintetizaría su propuesta?
-El eje de mi programa de gobierno tiene que ver con cuatro puntos centrales. Ordenar el municipio, que es la herramienta que tiene la ciudad para poder avanzar. Necesitamos restablecer el principio de autoridad y el orden para que funcione y esté al servicio de los vecinos. En segundo lugar, administrar bien los recursos: para eso tenemos un plan económico, tiene que ver con políticas tributarias, políticas de contención de gasto, entre otras… El tercer eje es recuperar los servicios básicos, porque ni siquiera lo básico funciona. Llevar adelante la descentralización operativa, llevar cuadrillas a los barrios, ir una vez a la semana a los CPC para dar volumen a la participación de los vecinos y para demostrar claramente que nuestra visión es trabajar con la gente, para los vecinos, que es lo que ha faltado en estos 12 años de decadencia. Y el cuarto punto es un plan de obra pública para responder las necesidades que tiene la ciudad, ya sea en cloacas, desagües, tránsito, transporte, apertura, extensión de avenidas, nudos viales, puentes… Es decir es un plan de gobierno simple pero claro. En los últimos años no han existido los planes y no se han podido resolver problemas. Éste es nuestro plan, hay otras cosas, pero lo prioritario son estos cuatro puntos. Y cuando tengamos en marcha lo básico, Córdoba tiene mucho para explotar en turismo, cultura, en lo social y además creo que es importante situarse en el largo plazo. Nosotros hablamos de Córdoba 2031, para fijar los ejes hacia dónde queremos ir, para luego volver al presente e iniciar el camino hacia esa visión.
-¿Cómo ve la ciudad, ahora?
-La ciudad está fragmentada. Hay que integrarla, hacer una Córdoba inclusiva, también para los 400 mil cordobeses que entran y salen del ejido todos los días. El municipio se transformó en una ciudad global y hay que tener las herramientas para dar soluciones a largo plazo para todos, para toda el área metropolitana. Plan de uso del suelo, plan ambiental, mejorar la administración, trabajar por un Instituto de Planeamiento Urbano, crear una sociedad de fomento para hacer las obras que necesitamos…
-Esto exigirá una mesa de consenso…
-Así es. Además pretendemos que el gobierno de la Provincia también se siente en esa mesa y tenga un trabajo en conjunto. Observamos muy bien lo que el gobernador electo planteó cuando dijo que está dispuesto a constituir una sociedad del Estado en lo referente a ambiente. Era lo que proponíamos hace un año.
-¿Visualiza una buena relación con el gobernador?
-Yo estoy obligado a llevarme bien con el gobernador y con el o la presidente.
-¿Es posible esa relación?
-Sí, estoy obligado a hacerlo. Es muy complicada la situación de Córdoba como para estar planteando proyectos o veleidades personales que sólo le sirven a pocas personas, cuando hay 1,4 millón de habitantes que observan desorbitados que se terminen las peleas para lograr soluciones -sin sumar a los otros 500 mil que viven fuera de Córdoba-.
-¿Lo mismo con el Gobierno nacional?
-El Gobierno nacional tiene que ayudar y mucho. Lamentablemente, la experiencia ha sido muy mala. La pelea que hemos tenido entre el gobernador y el intendente, primero, y la actitud de mendigo del actual jefe comunal, es muy mala. Esto de declararse soldado cuando no ha logrado absolutamente nada para la ciudad. Lo que está claro es que no lo hizo por falta de gestión. Yo constantemente converso con muchos dirigentes del kirchnerismo nacional en el Senado de la Nación y muchos están desconcertados por la ausencia de gestión en Córdoba.
-¿Quiere decir que no han sido problemas políticos sino de gestión?
-Sí, por cierto. El botón de muestra es el programa de educación continua, que yo lo pienso seguir. Es una muy buena herramienta que ha llevado adelante el gobierno. El municipio no ha usado esos fondos, que son una herramienta buenísima: capacitar a jóvenes para que se incorporen a las empresas.
-Se ven otros programas, de ejecución necesariamente local, que no están…
-Así es. No llegan por falta de gestión.
-Habló de planificación pero no de participación popular…
-Sí lo hice. Plantée necesidad de particiación social, descentralización operativa. Plantée la presencia una vez a la semana en los CPC. Me parece central la participación de los vecinos. Nadie tiene la varita mágica para resolver los problemas de todos. Después de 12 años de decadencia va a costar mucho esfuerzo recuperar la ciudad. Yo tengo la decisión y el equipo pero necesito que los vecinos me acompañen.
-Eso exige liderazgo político y transparencia en la gestión…
-No tengo ninguna duda. Eso es algo que no se debería pregonar. Quien no tiene esas cualidades no debería ser político. Es lo que necesitamos todos: un liderazgo político y social que no signifique construir un proyecto personal sino un proyecto de todos. Yo estoy trabajando decididamente en la construcción de un proyecto de todos los vecinos. ¿No le parece llamativo que uno, siendo senador nacional, estando en la cúspide del poder -donde la mayoría de los dirigentes quieren llegar para culminar su carrera-, yo quiera venir a la ciudad a poner el lomo con la inmensa cantidad de problemas que ésta tiene? Tiene que ver con esto. Con un liderazgo político y social basado en todos los vecinos. Yo quiero trabajar para eso.
-Dómina habla de madurez para enfrentar los desafíos. ¿Su juventud es un atributo favorable?
-Bueno, la verdad es que… yo creo que es muy importante el equilibrio entre experiencia y juventud. Yo soy la cara de un proyecto. Lo lidero pero tenemos un equipo. Tenemos más de 70 ex funcionarios de (Ramón B.) Mestre y de (Rubén A.) Martí, que son las dos gestiones que los cordobeses recuerdan de los últimos 50 años. Por más que quieran tapar con la mano el sol, yo no tengo dudas de que los rayos llegan. Hay una realidad. No dudo de que acá lo que falta es la combinación de la fuerza, la juventud y la experiencia.
-¿Córdoba tiene una oportunidad histórica?
-Sí. Yo no tengo ninguna duda de que estamos en un punto de inflexión, que hay necesidad de recuperar Córdoba y éste es el momento.