Las ventas de inmuebles en octubre han caído 35 por ciento en relación con el mismo período del año pasado, según precisó a Comercio y Justicia el presidente de la Cámara de Corredores Inmobiliarios, Edgardo Calas.
Aunque la recesión dista mucho todavía de lo vivido durante la crisis del 2001, el porcentaje de caída es el más alto desde que el mercado inmobiliario se volvió a reactivar.
Como consecuencia de las continuadas crisis económicas, la baja en la actividad se da en líneas generales, según detalló Calas. No obstante, remarcó que entre los productos (viviendas, departamentos, locales comerciales, terrenos) los más afectados son los departamentos. “Pasa que los inversores que antes compraban tres unidades ahora sólo adquieren una”, ejemplificó el especialista. “Optan por repartir la inversión entre otros fondos, o bien, mantener la liquidez”, profirió el profesional.
En ese orden, Calas aseguró que no se observa por estos días una mayor oferta de productos; al contrario, una gran porcentaje de inmobiliarias han reducido sus avisos y publicaciones por un recorte de gastos.
En relación con los precios, Calas indicó que hace seis meses se mantienen estables en todos los productos, salvo en casos puntuales donde los propietarios resuelven disminuirlos por alguna necesidad de venta en particular. “Los precios están amesetados, hace seis meses que no transferimos los costos de la construcción a las ventas”, asintió Calas.
Desocupación y planes
En otro orden, Néstor Chavarría, de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) de Córdoba, recordó que ya son 700 los trabajadores desempleados durante estos últimos 20 días en materia de obras privadas. A la vez, desde la crisis del campo hasta ahora, más de 3 mil obreros se desocuparon en el área de obra pública.
“Esto va a seguir sangrando – por lo menos- hasta los primeros días de diciembre cuando la mayoría de los obreros vuelven a sus países de origen (limítrofes)”, añadió Chavarría.
“Esperamos que el año que viene se reactive la construcción por los anuncios de obras pública”, dijo expectante el gremialista.
La desafectación deviene de que no se están emprendiendo nuevas obras, es decir, los proyectos y planes de construcción están congelados. Sin embargo, las obras ya iniciadas continúan con su ritmo de ejecución normal, según coincidieron Calas y el titular de la Cámara Argentina de la Construcción de Córdoba, Mario Buttigliengo.
“Pensamos que la única forma de captar los empleos que se pierden en otras industrias (2.100 entre el rubro automotriz y la industra láctea) es a través de un plan de obra pública, tal como lo están implementando en China y Estados Unidos”, explicó Buttigliengo.
“Estamos convencidos de que un plan para frenar el desempleo es no frenar la obra pública”, dijo.
Así, presentarán formalmente una propuesta para impulsar este sector al Gobierno nacional en la convención anual del sector que se celebrará a fines de este mes.
En ese sentido, Buttigliendo estimó que los productos que generan mayor movimientos son las viviendas. “Se podría acelerar el Plan Federal de Viviendas II que está parado o bien que avanza lentamente. De un proyecto de 8 a 10 mil viviendas, hay 3.000 para licitar y