La productora Pollos San Mateo estrenó su fábrica de incubación en la localidad de Quilino. En una primera etapa apunta a incubar 350 mil huevos por semana.
La productora avícola Pollos San Mateo inaugurará mañana su nueva planta de incubación ubicada en la localidad de Quilino. El proyecto demandó una inversión de más de un millón de euros en maquinaria y más de seis millones de pesos en la obra civil que consta de un galpón de tres mil metros cuadrados y paneles de cámaras frigoríficas frío y calor, dentro del total de su estructura.
El emprendimiento comenzó hace dos años con el objetivo de incrementar la producción de pollitos bebés. Su planificación se dividió en tres etapas, la primera se completó con esta planta que tiene por objetivo incubar 350 mil huevos por semana, de los cuales se concretará 82% de nacimiento de pollitos bebés.
“Para una segunda etapa está prevista una inversión de dos millones de euros en tres granjas de recría con dos galpones cada una, definidos en tres módulos en función de la edad de las aves”, adelantó a Comercio y Justicia Pablo Ligato, presidente de la firma, quien aclaró que la inversión en euros proviene de un crédito otorgado por el Banco Peterson, de Bélgica.
La estadía de los reproductores en esta segunda etapa va desde el día uno de vida hasta la semana 20. Esta construcción se realizará en un campo de aproximadamente cien hectáreas de propiedad de la empresa y su apertura está prevista para septiembre de 2014.
Por su parte, la tercera etapa prevé seis granjas de producción con dos galpones cada una para alojar las aves en edad reproductiva, esto es desde la semana 20 a la 67 aproximadamente. La granja de reproductores estará ubicada en el mismo predio de planta de incubación, cuya inauguración se estima para 2015.
“Terminadas las tres etapas y puesto en funcionamiento el proyecto completo, nuestra compañía tendrá la capacidad de autoabastecimiento y producción del ciclo completo”, comentó Ligato.
En la actualidad la empresa genera más de 140 puestos de trabajo, que se transformarán en el doble una vez terminado el proyecto, además de una innumerable cantidad de puestos de trabajo indirecto, especialmente ligado a clientes denominados peladeros o pequeños frigoríficos, que por su pollo, considerado artesanal, genera mayor cantidad de mano de obra.
“Este emprendimiento acerca importantes beneficios socioeconómicos para la región: ofrece nuevas fuentes de trabajo, capacitación permanente del personal y altas normas de bioseguridad, higiene y manejo sanitario. A su vez, el funcionamiento de esta planta incrementará la oferta de pollitos bebe a nivel provincial y nacional, abasteciendo a un gran número de granjas de engorde, tanto propias como de terceros”, comentaron fuentes de la firma.
Esta apuesta fue impulsada por el crecimiento de la industria avícola que en el país oscila en cuatro por ciento anual. En las últimas dos décadas el consumo de pollo ascendió a 40 kilos por persona por año, con una producción nacional de 50 kilos por año, de los cuales 10 son para exportación.
El pollo es considerado una de las carnes más económicas a lo cual se le atribuye el incremento en el consumo.
Pollos San Mateo es una de las tres empresas avícolas que ostenta la provincia, cuya producción representa apenas cinco por ciento del total país. Cuarenta y cinco por ciento de la industria avícola está en Buenos Aires, otro 45% en Entre Ríos y el resto distribuido entre Córdoba, Santa Fe y Neuquén.
Familia avícola
Pollos San Mateo es una empresa familiar con casi veinte años en la industria, que cuenta con diez granjas propias, junto con otras más alquiladas. A su vez, dispone de una planta de alimento balanceado de última generación, que permite tener abastecimiento propio.
Desde 2002 se unió a la empresa Cabañas Avícolas del Paraná, en la localidad de Crespo, provincia de Entre Ríos, que está encargada de abastecer a la firma de pollitos bebes y la comercialización de los mismos.
Desde sus comienzos hasta la actualidad, la empresa se dedica a la cría y ventas de pollos parrilleros que, una vez terminado su ciclo de engorde, son vendidos a los clientes al por mayor tanto en Córdoba como en provincias limítrofes, quienes se encargan de la faena y distribución a carnicerías, pollerías, supermercados de barrio, entre otros.
En 2013, la firma se unió a la empresa Sierras del Río, en San Justo (Entre Ríos), que tiene granjas integradas, una planta de alimento y un frigorífico.