La cifra, sin embargo, viene bajando desde 2008, cuando llegó a un nivel récord. Las exportaciones del agro son la principal fuente de ingreso de la divisa.
Pese a que cerrará con una merma menor en relación con 2009, este año será el quinto consecutivo en que Argentina sufre salida de capitales.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) prevé que la fuga será de 10.900 millones de dólares, unos 4.000 millones menos que en 2009 cuando se ubicó en 14.123 millones, y muy por debajo de los 23.098 millones de dólares de 2008.
Entre enero y septiembre de este año salieron del país 9.194 millones de dólares. Pero más de la mitad de ese monto se fugó entre enero y abril, cuando la discusión sobre el uso de las reservas del Banco Central para pagar deuda generó temor entre los inversores. En esos cuatro meses la salida de capitales llegó a 5.621 millones de dólares, de acuerdo con el aná lisis de los datos entregados por el BCRA.
Por su parte, los analistas privados prevén que la formación de activos externos alcanzará 11.500 millones de dólares y para el año que viene proyectan una cifra similar como consecuencia del nerviosismo que puede generar la elección presidencial de octubre.
En 2008, la fuga de capitales había llegado a 23.098 millones de dólares, el mayor registro tras la crisis de 2002, a raíz del enfrentamiento entre Gobierno y campo y por los primeros efectos de la crisis económica mundial.
Si bien el crecimiento de las reservas del BCRA fue muy importante -ya superan 52.003 millones de dólares-, diferentes economistas consideraron que con un nivel de fuga de capitales menor, el crecimiento podría haber sido 50% superior. Las exportaciones del agro explican la avalancha de dólares que facilita la acumulación.
En ese sentido, un informe de CefidAr resaltó que entre 2006 y 2009 se fugaron casi 44.000 millones de dólares, lo que representa 93 por ciento del volumen de reservas, que en ese período era de 47.600 millones de dólares.
Para el economista Gabriel Rubinstein, el año que viene “la fuga se mantendrá cerca de 10.000 millones de dólares como consecuencia del atraso cambiario, las tasas reales negativas y la pelea electoral”.
Por su parte, Ramiro Castiñeira, de Econométrica, consideró que si hubiera entrada de capitales, el BCRA no podría sostener el tipo de cambio “por la actual lluvia de dólares”. El analista consideró además que las inversiones podrían aumentar sin afectar el tipo de cambio si se recupera el superávit fiscal “genuino”.
Carlos Melconián, socio de M&S, explicó que si bien la salida de capitales no genera nerviosismo en el mercado, sí “frena el nivel de ahorro y de suba de las reservas, que deberían estar en el doble del nivel actual”.
Opinión de Ingaramo
El economista Jorge Ingaramo atribuyó al dólar planchado la presencia de productos importados en las góndolas de los supermercados, con precios más bajos que los de elaboración nacional.
Ingaramo abordó el tema ayer en el programa de Canal 12 El show de la mañana, en el cual opinó que el atraso impacta de manera directa en la economía del país y que se debería instrumentar a la brevedad un plan antiinflacionario. “Con un alza de precios de alrededor de 25 por ciento se desalienta la producción interna y se favorecen las importaciones. El Gobierno utiliza el atraso cambiario como única herramienta para contener la suba de los precios”, explicó.
Espaldas
La fuga de dólares es compensada por el fuerte ingreso proveniente de la exportación. La salida anual fue de:
2008: 23.098 millones
2009: 14.123 millones
2010: 10.900 millones
Según la consultora CefidAr entre 2006 y 2009 se fugaron casi 44.000 millones de pesos