ESCUCHARLa fuerte reactivación industrial que tiene lugar desde comienzos de año tiene un costado negativo por la vía de los mayores costos energéticos. Las grandes industrias cordobesas, como la cementera Minetti, las automotrices o la aceitera General Deheza, todas electro-intensivas y también grandes consumidoras de gas, sufren una presión adicional sobre los precios de sus productos, además de las negociaciones salariales.
“Es cierto que estamos ante una reactivación, pero aún está lejos el nivel del 2007, el último año bueno. Estamos preocupados porque las empresas metalúrgicas tienen contratos firmados y hasta ahora nos salva Brasil, pero estamos expuestos a un revalúo del real”, señaló a Comercio y Justicia Emilio Etchegorry, secretario de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y Componentes de Córdoba (CIMCC).
Las empresas del sector sector metal-mecánico son fuertes demandantes de energía, en la forma de gas -necesario para las funciones y la electricidad que impulsa la maquinaria. La cámara está preparando un estudio que entregará a fines de mes , el cual contiene un diagnóstico sobre la incidencia de los costos en la industria. Tanto el gas como la electricidad comenzaron a acomodarse durante los primeros meses del año.
“El sector residencial vio subir los costos del gas y la luz, pero la industria había sufrido las alzas con antelación”, agregó Etchegorry a este diario.
Perspectivas
La industria cordobesa ha sufrido restricciones y hasta parates en años anteriores con la llegada del invierno. Este año el Gobierno nacional asegura que habrá suministro, pero debido a la escasez de oferta, la administración de Néstor Kirchner lanzó el plan Energía Plus, hoy vigente que estimula a las empresas a comprar energía por su cuenta, aunque más cara, para asegurarse la entrega. Este año comenzaron a firmarse contratos de electricidad bajo esa modalidad en torno a los US$ 70 ($ 272 según la última cotización, que equivalen a 2,5 veces más que el precio que paga la industria en el mercado mayorista. Las empresas que tienen demanda pagan este costo atento a una frase acuñada en la cámara de que “la energía más cara es la que no se tiene”.
Para estimular la instalación de nuevas centrales, el Gobierno autorizó la firma de contratos a precios mayores que entrarán en práctica paulatinamente en los próximos meses. Las centrales San Martín y Belgrano, construidas por la empresa cordobesa Electroingeniería, ya cobran US$ 80 el MW a valor mayorista y desde el año que viene Atucha I lo cobrará más de US$ 60 para financiar la finalización de Atucha II.
Para el caso del gas los valores más altos rigen para los nuevos contratos, pero no afectan los convenios anteriores. Tanto el gas como la electricidad que pagan las grandes empresas comenzaron a acomodarse durante los primeros meses del año. En el primer caso, en el sector petrolero aplicaron ajustes que pueden llegar a hasta un 25% con respecto a los valores que se pagaban el año anterior.
En un contexto de escasez del insumo –la Argentina es importadora desde Bolivia– el Gobierno lanzó el programa Gas Plus. Bajo ese paraguas, el gas comenzó a venderse a las industrias a US$ 5 el millón de BTU, más del doble del promedio de US$ 2 que reciben las petroleras en general, pero más barato que la importación desde Bolivia.
En tanto, el Gobierno nacional anunció a
