Así lo señaló Olga Lily Motisi, experta en el mercado hotelero de Argentina, quien señaló que el sector tiene un amplio potencial que depende también de una reforma laboral y fiscal que mejore la rentabilidad del negocio
La llegada al país de las aerolíneas low cost, el mejoramiento de la conectividad y el importante aumento del turismo de negocios, así como de congresos y convenciones han permitido un incremento importante en los niveles de ocupación de los hoteles argentinos en los últimos años.
Así lo expresó Olga Lily Motisi, socia gerente de Hostling -Hospitality, Learning & Consulting- Developer de Best Western Hotels & Resorts para Argentina y Uruguay, especialista en el mercado hotelero de nuestro país y la región.
Ante una actualidad que a priori pareciera adversa para la industria hotelera, la experta señaló que en 2017 el turismo internacional creció en Argentina 1,2% y 6,2% entre enero y octubre de 2018.
“El mercado ha sido parcialmente beneficiado en su rentabilidad por el impacto cambiario que mejora la situación de las empresas que logran facturación en dólares con costos en pesos, si bien en los últimos meses el estancamiento de la cotización del dólar frente a la inflación diluye dicho efecto. Hablamos de beneficio parcial debido al cambio abrupto del esquema de costos de la actividad hotelera motivado por la escalada de los rubros de personal, las tarifas de servicios y la presión impositiva”, aclaró Motisi.
“En los últimos años se tomaron algunas decisiones políticas que han ayudado a incrementar la demanda hotelera. Un ejemplo de ello es la aparición del modelo de aerolíneas low cost”, agregó la empresaria.
“La llegada de las aerolíneas de bajo costo ha incrementado la demanda hotelera, especialmente en alojamientos de tres y cuatro estrellas y en los denominados hoteles boutique. Esto se debe no sólo a las convenientes tarifas ofrecidas sino además a la mayor conectividad brindada”, agregó.
“Con un promedio de 393 vuelos diarios de cabotaje, nuestro país está viviendo el boom de las low costs ya instalado por Easy Jet y Ryanair en Estados Unidos y en Europa desde hace más de 30 años. La posibilidad de conectar diferentes ciudades de Argentina sin la necesidad de hacerlo desde Buenos Aires es otro de los beneficios que contribuye a facilitar el ingreso del turismo y visitar a más ciudades, siendo este crecimiento directamente proporcional con la ocupación hotelera de cada destino”, comparó Motisi.
Según destacó la vocera, no sólo el mencionado boom de las low costs impactó en la ocupación hotelera sino también la aparición de plataformas online como Airbnb contribuyeron a ese crecimiento.
“La plataforma de alquileres temporarios Airbnb, a pesar de la polémica gestada en su entorno, genera beneficios para destinos que no cuentan con oferta hotelera suficiente y adecuada a los requerimientos de la demanda. Tarifas convenientes, en ubicaciones estratégicas, sumadas a las comodidades de alojarse en unidades equipadas con cocina, convierten esta modalidad de alojamiento en una opción muy atractiva, especialmente para familias con niños pequeños y jóvenes viajeros con poco presupuesto. La polémica generada con justificación de causa por parte de los hoteleros es similar a la ya vivida con la llegada de los aparts en la década de 80. En tiempos posmodernos con modelos de economías colaborativas, a cada sector le llega su Uber, así que hay que verlo como una realidad que llegó para quedarse y bregar por un marco legal e impositivo que reacomode el mercado en un entorno de competitividad equitativo y transparente”, opinó.
Para Motisi, el mercado hotelero tiene en Argentina un amplio potencial a desarrollar, aunque se mantiene la expectativa de una reforma laboral y fiscal que mejore la rentabilidad del negocio. “Por nuestra experiencia internacional creemos que dichos cambios mejorarían la competitividad del sector pero también notamos que parte del mercado proveniente de la planta hotelera creada a finales de la década de 70 requiere un aggiornamento integral no sólo en la actualización de sus instalaciones y equipamiento sino en el know-how de su gerenciamiento”.
En cuanto a los puntos a mejorar, la especialista remarcó que existe en Latinoamérica un atraso en lo que refiere al modelo de negocio, fundamentalmente en comparación con Estados Unidos y Europa.
“En la mayoría de países latinoamericanos predomina el modelo tradicional de hotelería independiente con incipiente presencia de cadenas, así como de condo-hoteles y con un desconocimiento generalizado del modelo de condo-conversión que revolucionó el mercado norteamericano a principios de la década del 90, permitiendo la venta de hoteles existentes por unidad y no en bloque”.
En relación a los tipos de producto o segmentos que mejor funcionan en la actualidad en el país, Motisi resaltó que “existe en Argentina una necesidad de productos midscale (media escala) competitivos con los servicios justos y de calidad en la mayoría de sus destinos. También vemos una necesidad creciente de productos destinados a millennials y centennials donde la tecnología y el networking ocupan un lugar de preeminencia en sus prestaciones. Actualmente, las cadenas poseen marcas específicas para estos productos con estándares muy estudiados. En el caso Best Western esas marcas son: Vib, Glo, Sadie y Aiden”.
De este modo, se destaca que en las llamadas ciudades de segundo orden, se observa un mayor potencial del mercado hotelero: “Latinoamérica puede así contrarrestar la concentración de las grandes urbes, propiciando la hotelería midscale en nuevas ciudades que complementen las economías regionales con hoteles de cincuenta a cien habitaciones con servicios limitados de buena calidad y competitividad”, señaló la especialista.
En cuanto a la rentabilidad para los inversores hoteleros,ésta se ve influida por numerosos factores y no es posible marcar números comunes a todo el segmento: “Hoy el expertise es fundamental para optimizar el logro de resultados. Los proyectos en los que nosotros estamos trabajando están en el orden de ocho por ciento anual”.
En lo que refiere a las perspectivas del sector hotelero para lo que resta de 2019 y 2020, la especialista sostuvo que, según sus proyecciones, “la demanda continuará creciendo y la rentabilidad del negocio dependerá mucho de la coyuntura económica y de profesionalización del sector” y concluyó: “Las condiciones en el ámbito del turismo, están dadas para que esta actividad continúe en auge de aquí en adelante. La demanda seguirá creciendo siempre que tengamos para ofrecer productos competitivos y un servicio cada vez más profesionalizado, hoy un punto débil en nuestro país”.