Antes de analizar opciones y rendimientos, se deben determinar las expectativas, la necesidad de liquidez y la tolerancia y entendimiento del riesgo que implica ingresar al mercado de capitales
Por Cecilia Pozzobon – [email protected]
A la hora de hablar de las mejores o peores inversiones bursátiles, los profesionales del rubro siempre plantean la salvedad de que uno u otro calificativo “depende del perfil del inversor”.
“No todos ellos tienen las mismas necesidades, urgencias, expectativas ni mucho menos la misma capacidad de tolerancia frente al riesgo”, explican en conjunto.
Determinar eso es justamente el primer paso de lo que se denomina proceso financiero y que consta de cuatro etapas: establecer los objetivos financieros y la tolerancia al riesgo; diseñar una estrategia de inversión a seguir; ejecutar la estrategia; monitorear y ajustar la cartera.
El primero de ellos, en el que nos centramos hoy, se realiza mediante el test del inversor que, según la entidad, institución o asesor al que se consulte, consta de más o menos preguntas. Con él, lo que se pretende averiguar lo que el inversor espera de la inversión, la necesidad de liquidez que tiene y el grado de tolerancia y entendimiento del riesgo que está dispuesto a asumir para la obtención de los rindes o resultados esperados. La Comisión Nacional de Valores (CNV), en su sección educativa, cuenta con un cuestionario de 12 preguntas para conocer el perfil etario, el conocimiento que tiene la persona respecto del mercado de capitales, si realizó inversiones anteriormente, el porcentaje de los ahorros que está dispuesto a invertir, si tiene otro respaldo para cubrir imprevistos, el plazo máximo que estaría dispuesto a mantener una inversión, la reacción ante una baja en el portafolio de inversiones, entre otras.
El portal Invertir Online ofrece un cuestionario un poco más reducido, al igual que las web de bancos como Nación, Santander Río y Galicia, entre otros.
A partir de ello se delinearán básicamente dos cuestiones relativas, una con el horizonte temporal, es decir, a qué plazo se va a administrar la cartera del inversor y cuándo y a qué velocidad (tasa) se comenzará a hacer retiros de inversión; y otra, con la tolerancia al riesgo, es decir, cómo se siente el inversor frente a la decisión de exponerse.
Con todo ello se determinan los famosos perfiles de riesgo, que también varían en cantidad y nombres, según los tests, pero que básicamente son tres, a saber:
El conservador, que se caracteriza por buscar inversiones que representen un crecimiento moderado, sin asumir riesgos importantes, que prioriza tener una disponibilidad inmediata de sus inversiones y busca minimizar la incidencia de las fluctuaciones del mercado.
El moderado, dispuesto a asumir ciertas oscilaciones en sus inversiones, esperando que en un mediano / largo plazo pueda obtener una mayor rentabilidad. Es un perfil intermedio que involucraa personas que pueden tolerar cierto riesgo en sus inversiones a cambio de una mayor rentabilidad.
El agresivo, que se caracteriza por inversores cuyo objetivo principal es maximizar el rendimiento de su cartera, asumiendo para ello un alto componente de riesgo. Están dispuestos a mantener sus inversiones por períodos largos, sin asignarle una alta prioridad a la disponibilidad inmediata de sus activos y a asumir pérdidas de capital.
Concluida la primera etapa del proceso de inversión, ya se puede diseñar una estrategia y un portafolio de inversiones.