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Se reanudó juicio por la apropiación de Victoria Donda con el alegato de la defensa

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Guillermo Jesús Fanego, el abogado defensor del represor Adolfo Donda Tigel, continuó hoy con su alegato en la reanudación del juicio por la apropiación de Victoria Donda, durante el que tildó de «farsa» a los juicios de lesa humanidad y de «mentirosos» a los sobrevivientes de la ESMA que prestaron declaración en este proceso judicial.

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 6 de CABA, integrado por los magistrados Ricardo Basílico, María Gabriela López Iñiguez y Daniel Horacio Obligado, reanudó esta mañana el debate, en el que Donda Tigel es juzgado por la apropiación y ocultación de la identidad de su sobrina nacida en cautiverio en el excentro clandestino de detención ESMA.

Se trató de la tercera audiencia de alegato de la defensa, que proseguirá tras un cuarto intermedio el próximo 21 de febrero a las 12.30.

Durante su exposición, Fanego citó testimonios de distintos sobrevivientes, algunos de los cuales dieron cuenta de la «presencia frecuente» de Donda Tigel en la ESMA y de que inclusive el acusado había hablado con su cuñada María Hilda «Cori» Pérez -madre de Victoria Donda- durante su cautiverio, y trató de desbaratarlos aludiendo que «forman parte de una especie de memoria colectiva», de «relatos que escucharon» y no de hechos que «efectivamente vieron o vivenciaron».

El abogado defensor calificó a los testigos sobrevivientes de la ESMA de «mentirosos» y de «querer lavar culpas» por haber brindado información de compañeros -bajo tortura- responsabilizándolos de su posterior desaparición y muerte.

«Hay algunos que deliberadamente vienen a mentir quizás para lavar las culpas de haber entregado tantos compañeros, como por ejemplo (Miguel Ángel) Lauletta que entregó una cita a la que tenía que ir con cinco compañeros y por culpa de él cuatro están muertos desaparecidos», dijo Fanego sobre uno de los testigos de esta causa que estuvo detenido en la ESMA, desde octubre de 1976 hasta abril de 1979, y que contó que tuvo que «cantar» esa cita bajo tortura para salvar a su esposa e hija de tres meses.

En otro tramo de su defensa, Fanego rechazó las acusaciones sobre su defendido respecto de haber preguntado a superiores por el paradero de su hermano y cuñada para «desviar la atención frente a la posibilidad de una investigación posterior o para tapar o encubrir que había hecho entrega de su sobrina».

«Nadie en aquella época hubiera previsto que todo esto iba a terminar en esta farsa de juicios montados a partir del año 2003 en adelante. Nadie hubiera imaginado que estos juicios hubieran sido catalogados como de lesa humanidad», argumentó al respecto para desestimar esa hipótesis y reafirmar su postura frente a los procesos judiciales en esta materia.

También reiteró que la «génesis» de este juicio es la «necesidad de Victoria (Donda) de solucionar el gran problema que tiene en su cabeza de haber sido criada por un delincuente como (su apropiador Juan Antonio) Azic que le negó la identidad y hasta saber qué día había nacido».

En tanto, reafirmó que para «la época que nació Victoria (Donda), él (Donda Tigel) no estaba en la ESMA y tampoco tenía conocimiento de la existencia de ella».

«¿Podía un teniente de navío tener facultades para torcer el curso de los acontecimientos que aquí se están juzgando? Me parece absurdo. El cargo de teniente de navío no le daba poder para nada y menos en esa época», refutó sobre otro de los señalamientos que se hicieron durante el juicio acerca de que por su cargo Donda Tigel habría podido averiguar sobre el paradero de su hermano y cuñada y hacer algo al respecto.

Fanego también apuntó contra las querellas, las cuales «han tratado de desvirtuar las declaraciones prestadas por los testigos extrayendo párrafos para armar un rompecabezas y han justificado la formación de una memoria colectiva aludiendo que no se inventa un relato sino que se completan las partes, pero en realidad hacen una versión acorde a lo que cada uno quiere escuchar».

«Esto resulta inaceptable como prueba testimonial en un proceso judicial. Que alguien desaparezca, es tremendo. Que una criatura haya sido privada de su identidad es inadmisible, pero lamentablemente tenemos una ley y como decían nuestros maestros romanos ‘la ley dura es la ley'», sostuvo el abogado.

Los padres de Victoria Donda, José María Laureano Donda Tigel y María Hilda «Cori» Pérez, fueron secuestrados en 1977 y continúan desaparecidos.

La pareja fue vista en la Comisaría 3° de Castelar y, según testimonios de sobrevivientes, la joven fue llevada a la ESMA para dar a luz asistida por el obstetra del Hospital Naval, Jorge Luis Magnacco.

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