Ratifican que la docente integradora sólo se ocupó de un alumno y no fue empleada

El Superior Tribunal de Justicia de Corrientes confirmó que no hubo relación laboral con la institución demandada. Sin éxito, la mujer había alegado que tuvo a su cargo una sala de jardín de infantes

El Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Corrientes ratificó el rechazo de la relación laboral invocada por una docente integradora, al concluir, al igual que la cámara, que los trabajos que probó la mujer se limitaron a la atención de un menor con discapacidad y que no acreditó haber estado a cargo de toda una sala de jardín de infantes.

“No resulta lógico suponer que la actora hubiera podido realizar su labor estando al frente de 16 alumnos más”, enfatizó el alto tribunal.

En esa línea, determinó que el trabajo prestado por la accionante estuvo respaldado por la ley 24901, a la cual se adhirió la Provincia, que instituye un sistema de prestaciones básicas de atención integral a favor de personas con discapacidad y contempla acciones de prevención, asistencia, promoción y protección, con el fin de cubrir sus necesidades.

A su turno, la Cámara de Apelaciones Laboral de Corrientes capital había hecho lugar a la apelación interpuesta por la demandada, revocado lo resuelto en primera instancia y determinado que no hubo una vinculación de naturaleza laboral entre la mujer y el colegio.

“No parece lógico suponer, por lo demás, que la reclamante pudiera hacerse cargo del cuidado de niños en la salita de tres a cuatro años llevando consigo a E.B.”.

(Del fallo del Superior Tribunal de Justicia de Corrientes).

La accionante cuestionó el fallo de la alzada por la causal de arbitrariedad. Alegó que menoscabó sus derechos constitucionales, las presunciones derivadas de los artículos 9, 23 y 55 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) y las normas internacionales que la protegen; todo ello, al desconocer que los servicios que prestó en el jardín “El Sapo Pepe” fueron ofrecidos por la institución y eran abonados por la madre de la menor con discapacidad.

La mujer arguyó que no ingresaba y salía con la niña sino que cumplía horarios y estaba a cargo de otros menores y de la sala de jardín, todo lo cual -según ella- presupone la vinculación laboral no registrada debidamente.

Sostuvo que la Cámara soslayó los informes expedidos por la obra social de su alumna y por la Superintendencia de Servicios de Salud, que acreditaron que ella no era prestadora.

A su turno, el STJ correntino estimó que los agravios expresados por la docente remitían a cuestiones de hecho y prueba cuya evaluación y resolución quedan normalmente detraídas de su conocimiento pues, de no probarse un vicio de absurdo en la selección, valoración y violación de la ley, la propuesta de corrección resultará ajena a la instancia extraordinaria.

“El caso propuesto y la manera como la Cámara lo decidió no revelaron los vicios endilgados. La sentencia resulta ajena a los motivos que condujeron a la parte recurrente acudir a esta instancia de excepción”, enfatizó.

Se estableció que la función desplegada por la actora en las instalaciones del jardín maternal demandado fue solamente la de maestra integradora de la menor discapacitada E.B., durante 2016.

Contrariamente a los dichos de la parte recurrente, concluyó que la alzada hizo una valoración integral de las declaraciones, de las cuales surgió que la función desplegada por la actora en las instalaciones del jardín maternal fueron solamente como maestra integradora de la menor E.B. durante 2016, pues ya en 2017 continuó en esa calidad pero en otro centro.

“La Cámara no desoyó los hechos narrados por las partes y desentrañó con suficientes fundamentos probatorios y normativos los controvertidos”, subrayó.

“No parece lógico suponer, por lo demás, que la reclamante pudiera hacerse cargo del cuidado de niños en la salita de tres a cuatro años llevando consigo a E.B.”, manifestó también el STJ.

Así, concluyó que la sentencia recurrida contó con respaldo probatorio suficiente para descartar la naturaleza laboral de la vinculación, cuyo reconocimiento persiguió la accionante, no concurriendo pruebas que evidenciaran un trabajo diferente al de maestra integradora; tampoco que este último se hubiera desarrollado, prestado y ofrecido como un servicio del jardín.