Otorgan tutela de un niño a su abuelo materno debido a la falta de responsabilidad de sus padres

Al evaluar las probanzas de la causa, la jueza interviniente concluyó que la figura es la más atinada para el bienestar del menor de edad

El Juzgado de la Niñez, Juventud, Penal Juvenil y Faltas de la ciudad de Río Segundo, Córdoba , ante el vencimiento del plazo de vigencia de la guarda judicial otorgada al abuelo materno de un niño, conforme lo prevé el artículo 657 del Código Civil y Comercial (CCyC) y frente la falta de reversión de las conductas de los progenitores, apelando a los principios de economía procesal, celeridad y de unidad de la intervención jurisdiccional, le dio a aquél y a su pareja la tutela legal del menor.

La jueza Licia Tulián observó que por sentencia se otorgó la guarda a B. O. M. V., abuelo paterno del menor, por el término de un año, que ya venció, y durante este tiempo el niño ha permanecido en el domicilio de aquél y su pareja conviviente, P. A. I.

El tribunal advirtió de que el menor no ha recibido la visita de su madre, D. F., quien ha manifestado que tiene problemas familiares y que carece de lugar donde pernoctar, además de que tener una relación dificultosa con P. A. I., aduciendo que “le pone trabas” para visitar a su hijo.

Imposibilidad

De igual modo, la magistrada tuvo en cuenta que en la audiencia respectiva la progenitora refirió su imposibilidad para criar a sus hijos y no tener un domicilio donde vivir, así como la necesidad de realizar un tratamiento psicológico. El fallo también analizó que el padre del menor, E. R. G., quien al tiempo de la audiencia estaba privado de la libertad, expresó su conformidad de que su hijo permanezca junto a los guardadores, ya que está imposibilitado de ejercer la responsabilidad de la crianza aunque aclaró que no quiere perder el contacto y el vínculo.

En ese escenario, la jueza tuvo por cierto que ninguno de los progenitores ha adoptado una conducta proactiva para revertir las causas que llevaron a que su hijo sea privado de su grupo familiar de origen, por cuanto la madre mantiene similares conductas (falta de compromiso e involucramiento en asumir un rol materno), a pesar de las gestiones y el acompañamiento brindadas por el equipo técnico de la Unidad de Desarrollo Regional (UDER), el que ha destacado que no ha asistido a las entrevistas pautadas a fin de realizarse un abordaje psicoterapéutico y psicoeducativo y, en cuanto al padre del menor, se indicó que el mismo sigue privado de su libertad.

Acciones y estrategias

La magistrada señaló que todas las acciones y estrategias implementadas a fin de revertir la situación han fracasado en razón de que los progenitores no han adoptado una conducta parental responsable que permita inferir que están en condiciones de procurar y garantizar el bienestar general de F. J.

Por otra parte, se valoró que del informe acompañado surge que el niño se encuentra en un buen estado general junto a los guardadores, contenido y cuidado, y que se observa en su abuelo una actitud de compromiso y responsabilidad respecto de la crianza.

En ese estado de cosas, la jueza Tulián destacó que el límite de un año -prorrogable por otro período igual- previsto en el CCyC se fundamenta en que la guarda provoca un desmembramiento de la responsabilidad parental en tanto ésta se mantiene bajo la titularidad y en cabeza de los progenitores, y le asigna al guardador las funciones de cuidado que hacen a la vida cotidiana del niño, tiempo en que los progenitores deberán lograr el pleno y funcional ejercicio de la responsabilidad parental y, si esto no sucede, es deber del juez resolver la situación.

Alternativas

A fin de examinar las alternativas, la juzgadora dijo que no ha existido nunca en la causa dictamen de declaración en situación de adoptabilidad y que, si bien el guardador y su pareja manifestaron su voluntad de asumir indistintamente el cuidado del niño, ya sea en calidad de tutores o adoptantes, dadas las particularidades del caso en el que los progenitores del niño expresaron que están de acuerdo con que éste continúe bajo el cuidado de su abuelo y su pareja, pero sin perder el vínculo parental, esta alternativa no aparece como apropiada porque existen otras figuras jurídicas que pueden resultar aplicables.

En tal sentido, consideró que la tutela ocurre en los supuestos en que se hubiera otorgado la guarda a un pariente, ya sea por delegación del ejercicio de la responsabilidad parental o por disposición de un juez en supuestos de gravedad, como este caso.

Asimismo, consideró que el actual guardador manifestó expresamente su voluntad de solicitar la tutela de su nieto y ha sido informado por este tribunal de los alcances de dicha figura y de las responsabilidades que conllevan, valorando que en este caso el abuelo por línea materna y su pareja posee lazos afectivos muy fuertes y que, siendo sus actuales guardadores, se sienten comprometidos con la crianza del niño.

Por lo expuesto, conforme lo analizado y a fin de brindar estabilidad jurídica a la situación actual de éste, de autos, en consonancia con lo pedido por la representante complementaria, en el fallo se resolvió designar tutores de F. J. G. F., al actual guardador judicial y su pareja conviviente, B. O. M. V. y P. A. I., teniendo en miras el interés superior del niño de mención (art. 703, 607 in fine, 104, 105, 107 del CCyC), atento haber demostrado reunir los requisitos de idoneidad para dicho cargo.