Las pruebas acreditaron que el accidente laboral fue a la salida del trabajo

El empleado sufrió el infortunio cuando transitaba como acompañante en el automóvil de un compañero. El siniestro coincidió en horario y trayecto con su rutina habitual

Al advertir de que el accidente en tránsito denunciado por el accionante ocurrió en su horario de salida laboral, en el trayecto hacia su residencia y siendo acompañante del conductor, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) admitió el reclamo indemnizatorio del damnificado contra la Galeno ART .

Al serle rechazada tal pretensión en la instancia previa, el trabajador se agravió y señaló que el infortunio fue acreditado y la aseguradora reconoció la existencia de actuaciones administrativas que probaron las prestaciones hasta el alta médica “con incapacidad sin determinar”.

El Alto Cuerpo integrado por Mercedes Blanc de Arabel, Luis Enrique Rubio y Luis Eugenio Angulo indicó que el tribunal a quo rechazó el reclamo porque el actor no especificó el horario en que partió de su trabajo, ya que sólo denunció la hora en que aconteció el evento; que tampoco describió el trayecto que hacía para llegar a su domicilio ni produjo prueba de esa circunstancia. Se apuntó que ello impidió al a quo calificar el accidente como in itinere al no poder evaluar que ocurrió en camino adecuado, tiempo razonable y forma normal en que el actor regresaba de laborar.

Calificación

De igual modo, se analizó que para el mérito, el otorgamiento de las prestaciones mencionadas no significaba que la ART reconociera la calificación del infortunio.

En otro aspecto, se evaluó que como consecuencia del siniestro, el accionante indicó que perdió inmediatamente el conocimiento y fue trasladado al Sanatorio Allende, donde permaneció en la unidad de terapia intensiva durante 48 horas, de allí pasó a sala común y continuó el tratamiento en forma ambulatoria, recibiendo prestaciones médicas y en especie (cobertura de la internación, estudios médicos, sesiones de fisioterapia y kinesiología, medicamentos, tratamiento odontológico, entre otros).

El Alto Cuerpo destacó que, pese a encontrarse pendiente de resolución el pago de los gastos odontológicos que había solicitado, el 30/10/2014 se le otorgó el alta médica con incapacidad física “sin determinar”, aclarando que continuaba el tratamiento con la ART.

Mecánica

El fallo estudió que en oportunidad de contestar la demanda, la demandada negó tanto la mecánica del accidente como las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que aconteció; sin embargo, reconoció que al actor se le otorgaron las prestaciones correspondientes hasta que fue dado de alta y que obran en la causa las declaraciones testimoniales de la compañera de sucursal del actor, quien ratificó el lugar de prestación de tareas y horario denunciado al demandar y el conductor del vehículo que embistió el del accionante, quien también confirmó el día, horario y locación en que aconteció el siniestro.

En ese orden de ideas, el TSJ consideró que, frente a la evidencia, la exigencia del a quo dirigida a “precisar el horario desde el cual partió del trabajo ese día” y el “trayecto que venía recorriendo para llegar a su domicilio” era injustificada y desvinculada de la traba de la litis y de las constancias probatorias rendidas en el subexamen.

El Alto Cuerpo destacó que el horario consignado guardaba relación con la salida de la prestación de tareas y que el ámbito geográfico era perfectamente compatible con el trayecto que debía realizar el trabajador para retornar a su hogar, teniendo en cuenta el domicilio particular y el de labor.

Entonces, los vocales concluyeron que, demostrado el accidente y su calificación legal, la discusión en orden a la aceptación o rechazo oportuno de la contingencia era innecesaria.

Indemnizaciones

Por lo expuesto, verificado el evento dañoso, se analizó la pretensión indemnizatoria reclamada por el trabajador y el peritaje médico oficial, que concluía que presentaba una incapacidad parcial y permanente de 62,10% de la total obrera (TO), minusvalía calificada como secuela derivada del accidente de tránsito y discriminada como traumatismo craneoencefálico grado II-III (30%); cicatriz frontal (4%); heridas en pabellones articulares (2%); pérdida de la función masticatoria (síndrome de Costen severo 20%), a lo que se añadieron factores de ponderación como la edad (0,3%) y la actividad (5,7%).

Asimismo, la decisión indicó que se acompañó dictamen psiquiátrico en el que la experta, luego de examinar al actor, constató que presentaba una incapacidad parcial, permanente y definitiva de 3% -RVAN grado I-II-, con claro nexo causal entre el accidente y la disminución en su capacidad laborativa, inexistentes antes al infortunio.

Por ello, en el fallo se resolvió que correspondía admitir el reclamo y condenar a Galeno ART a abonar la prestación dineraria del artículo 14, inciso 2, apartado b), de la Ley de Riesgos del Trabajo (LRT), según ley 26773, por la incapacidad parcial y permanente del 65,10%, TO.