El juicio por el crimen de la pequeña Brenda Cuello llegará hoy a su fin cuando el tribunal de la Cámara 3ª del Crimen y los jurados legos dicten sentencia, previo escuchar la última palabra de los acusados.
Se trata del proceso que involucra a Lourdes Patricia Cuello, madre de la beba y a su pareja, Carlos Romero, quienes fueron sentados en el banquillo de los acusados imputados por el homicidio de la niña de apenas tres meses de edad.
A lo largo del debate se intentó dilucidar cuál de los imputados fue el que asfixió a Brenda hasta terminar con su vida y determinar cómo sucedieron los hechos.
Para el fiscal de Cámara, Marcelo Altamirano, fue la propia madre quien cometió el crimen y, por ese motivo, en su alegato solicitó ayer que se la condene a la pena de prisión perpetua. Mientras tanto, para su concubino, el Ministerio Público pidió ocho años de cárcel por lesiones leves y graves reiteradas y continuadas en contra de la niña.
Era un estorbo
A lo largo de su alegato, el fiscal sostuvo que Brenda fue maltrada por ambos integrantes de la pareja, quienes se empecinaron -dijo- en hacerle “pasar un infierno”. Además de reiterar las innumerables lesiones que sufrió la beba y que fueron relatadas por los médicos forenses que realizaron la autopsia, Altamirano señaló que Brenda sufrió su primera agresión a pocos días de nacer, antes de que fuera dada de alta del Hospital.
En el caso de Romero, dado el estado de duda insuperable que beneficia al acusado, el fiscal entendió que no tenía elementos suficientes para acusarlo del asesinato. La ticketera del remis que manejaba, la declaración del dueño de la empresa de viajes y la operadora de la remisería corroboraron que éste estaba trabajando a la hora de ocurrido los hechos. Todos estos testimonios se impusieron sobre otros ventilados en el juicio oral en contra de esta hipótesis.
No obstante, y aun liberándolo de la autoría del crimen, Altamirano consideró que Romero había golpeado a la beba en otras oportunidades. Sustentándose en esta hipótesis, mencionó los dichos de una vecina que dijo haber escuchado los golpes que éste en una oportunidad le propinó a la criatura. Además, recordó el resultado de los informes psicológicos contra Romero que daban cuenta de que es una persona “agresiva y golpeadora”.
A su turno, el defensor de Cuello, Arturo Ferreira, se limitó a pedir “clemencia” para su clienta, remarcando que una pena de prisión perpetua nunca puede ser resocializadora y, por lo tanto no tiene sentido su aplicación. Finalmente, el asesor letrado, Néstor Vella Gutiérrez, pidió la absolución de Romero, por entender que no hay pruebas que lo incrimen.