La ex conviviente debe entregar a los hijos del causante la vivienda que habitaba

En el marco de la causa “B. R. s/ sucesión ab intestato”, la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Azul, provincia de Buenos Aires,

ratificó que debe cesar el derecho de habitación de la vivienda de la conviviente supérstite del causante porque la mujer no está en peor situación económica que los herederos.

Así, teniendo en cuenta que el hombre falleció hace más de tres años, dispuso que deberá entregarle el inmueble a sus hijos.

El tribunal destacó que la casa en disputa es un bien ganancial del causante; que la apelante percibe una jubilación y una pensión de las cuales no adjuntó constancias, lo cual impide estimar si, en su caso, son exiguas; que no negó que sus hijos puedan asistirla y que se probó que los herederos viven con precariedad económica y están en una peor situación que ella.

El tribunal destacó que es un bien ganancial del causante; que la apelante percibe una jubilación y una pensión de las cuales no adjuntó constancias, lo cual impide estimar si, en su caso, son exiguas; que no negó que sus hijos puedan asistirla financieramente y que se probó que los herederos viven con precariedad económica y están en una peor situación que ella.

Plazo

“Si bien el artículo 527 del Código Civil no determina desde cuándo debe computarse el plazo de dos años, y de allí que en autos se suscitó el conflicto que es materia de agravio, corresponde ubicarlo desde el fallecimiento del conviviente, pues ello surge del juego armónico de los artículos 527 y 1894”, precisó la cámara.

En esa línea, reseñó que el artículo 1894 establece que el derecho real de habitación se adquiere ipso iure -esto es, que no necesita de una petición expresa- y que si la vivienda es reclamada por los herederos, el conviviente supérstite puede invocar tal derecho y, en ese caso, deberá acreditar los requisitos que impone la norma.

En tanto, recordó que una vez cumplido ese paso, el juez fijará un plazo máximo de dos años a los fines de que entregue la vivienda a los requirentes, debiendo computarse desde la ruptura de la unión convivencial que en tal supuesto será desde el fallecimiento.