Justifican despido de un playero por autorizar que su hermano cargara gas con la oblea vencida

Para el tribunal interviniente, el hecho, su entidad y las pruebas acumuladas en la causa autorizaron la decisión de la empresa de cesantear con causa al trabajador demandante

Al quedar acreditado que durante su jornada laboral el trabajador demandante permitió que su hermano, también empleado de la estación de GNC, cargara gas para su vehículo teniendo la oblea de seguridad vencida, lo cual configura un peligro en sí mismo y expone a severas sanciones a la empleadora, la Sala 6ª de la Cámara de Trabajo de Córdoba consideró suficiente la injuria probada por la la empresa MMAG SRL para despedirlo con causa; además, pesaron en la decisión los cuantiosos antecedentes disciplinarios del actor.

El tribunal, integrado por el vocal Tomás Sueldo, al analizar la cuestión indicó que respecto del principal aspecto de la causa -esto es que, para justificar la legitimidad de la cesantía dispuesta por la empleadora, correspondía a ésta demostrar los motivos esgrimidos- es lo que realmente debía desentrañarse.

El fallo sopesó que en la comunicación que puso fin al vínculo laboral entre las partes, plasmada en una escritura pública se consignó que el día 26 de abril de 2020, durante la jornada de trabajo y siendo aproximadamente las 21.45, en el sector -a cargo del demandante- de expendio de GNC se posicionó el vehículo marca Volkswagen cuyo propietario es V. L., también empleado de la demandada, para realizar una carga de combustible, destacándose que manipula el surtidor, en tanto que el accionante, parado en el sector delantero observando la tarea, pudo observar con certeza que la oblea habilitante de Enargas se encontraba vencida y nada hizo para impedir la operación.

Asimismo, la patronal expuso en su notificación que la carga de GNC a vehículos que tiene la oblea habilitante vencida es un hecho completamente prohibido por disposiciones del ente nacional que regula la actividad, las que incluso se encuentran expresadas en la cartelería del lugar, visible al cliente, que se ha dispuesto en la estación de servicios, lo cual generó una injuria suficiente por lo que se ha dispuesto despedirlo con justa causa por el hecho expresado y por su exclusiva culpa.

Certificado

Asimismo, el juez destacó que todo lo expuesto por la demandada, acreditado mediante documentación y archivos fílmicos, fue certificado ante escribana, y reconocida en juicio por los testigos L. y M., quienes identificaron al actor y su hermano en la maniobra que la patronal les endilgó.

El magistrado valoró asimismo que, si bien en el escrito introductorio el trabajador negó dicha circunstancia fáctica, subsidiariamente la admitió y enarboló como defensa que era una práctica permitida por los dueños, lo que pretendió acreditar con las declaraciones del testigo F., las cuales carecen de eficacia probatoria por haber sido descalificadas por sus contradicciones y evidente animosidad contra la empresa, contra la cual tiene un proceso judicial en curso.

Respecto de la entidad de la injuria, el tribunal consideró los dichos del deponente F. -ingeniero civil que trabaja en forma autónoma como representante técnico en estaciones de GNC, quien describió la reglamentación de Enargas y explicó los riesgos que implican para una estación de servicios permitir la carga de gas en un vehículo con la oblea habilitante vencida- los cuales conducen a establecer que la decisión de la empleadora, ante el comportamiento del trabajador realizado con la complicidad de otro operario -su hermano-, adquiere plena validez y justificación, conforme el contexto probatorio de este proceso judicial.

Principios

De ello se concluyó que la prueba oral receptada en la causa, en función de los principios de oralidad e inmediatez propios del proceso laboral, asume valor convictivo en orden a demostrar la causa de despido esgrimida, a lo que se sumaron los numerosos antecedentes disciplinarios, que constan en el legajo del actor, oportunamente notificados y que no fueron objeto de impugnación alguna.

Así las cosas, el juez sostuvo que, probada la participación directa del accionante en el hecho que se le atribuye, con el alcance indicado y habiendo concluido que aquél tuvo entidad suficiente para justificar el desahucio, aun considerando su antigüedad en el puesto de trabajo, en función de los incumplimientos laborales previos, no hay margen de duda respecto a que su actuación implicó, lisa y llanamente, una inobservancia de los deberes de buena fe, diligencia y colaboración, causando daños potenciales a los intereses de su empleador.

En tales condiciones, en el fallo se resolvió que corresponde considerar justificado el despido dispuesto por la empleadora, lo que vuelve improcedentes las indemnizaciones que de él se derivan.