Incluyen dolencia de columna e hipoacusia como enfermedades profesionales

La decisión desvirtuó el pronunciamiento del juez a quo y admitió la casación del trabajador, ordenando que se lo indemnice conforme la Ley de Riesgos del Trabajo [privado]

La Sala Laboral del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) ordenó al Instituto Autárquico Provincial del Seguro de Entre Ríos anexar a la condena ya establecida con base en la Ley de Riesgos del Trabajo espondiloatrosis e hipoacusia, enfermedades detectadas por la pericia médica oficial, al advertir que se acreditó el nexo causal entre las tareas realizadas por el trabajador y las patologías en cuestión.

El juez a quo consideró que las testimoniales corroboraban los extremos invocados en la demanda y con la pericia médica de oficio tuvo por acreditado el daño físico padecido por Claudio Díaz, asignándole 21,43% total de incapacidad, calificando sus dolencias como profesionales.

Sin embargo, el tribunal de grado estimó que la conclusión en orden a la espondiloatrosis de columna lumbar e hipoacusia no se podía sostener, porque entre otras causas, el experto médico confirmó la obesidad del demandante al determinar que pesa 96 kilogramos y mide 1,69 metros, esto es, tiene un Índice de Masa Corporal (IMC) de 37, que lo sitúa claramente en el rango de obesidad (que se manifiesta a partir de 30) y muy próximo a la mórbida (40).

El a quo también consideró que los testigos no describieron una actividad que implicara la sobrecarga excesiva del segmento columnario en cuestión ni hicieron mención de que estuviera expuesto a vibraciones permanentes, conforme lo prevé la normativa aplicable.

En cuanto a la hipoacusia, el fallo de la instancia anterior ponderó que no hubo pericia técnica que demuestre la exposición a niveles sonoros superiores a 85 decibeles y que el médico no justificó la posibilidad de pérdida de audición por debajo de lo señalado.

El trabajador se agravió del rechazo del resarcimiento de las patologías en columna lumbar e hipoacusia, particularmente en cuanto a la espondiloartrosis de columna lumbar, refiriendo que según las pautas internacionales, se encuentra lejos de padecer obesidad mórbida.

El Alto Cuerpo -integrado por los vocales Mercedes Blanc de Arabel, Luis Enrique Rubio y Luis Eugenio Angulo - indicó que el veredicto del a quo fue producto de un razonamiento que “vulnera las reglas de la sana crítica racional en la valoración de la prueba, único supuesto en el que se revisa dicho aspecto en esta instancia de excepción”, pues después de transcribir las precisas declaraciones de compañeros de trabajo de Díaz, expresamente señaló que avalaron la realización de las tareas y exposición a los agentes de riesgo alegados en demanda.

El TSJ consideró que el a quo descartó la impugnación de la aseguradora a la pericia médica oficial, la convalidó y con ella reputó acreditado también el daño físico invocado.

En razón de ello, los vocales estimaron que la descalificación del juzgador del nexo causal, que la especialista en salud estableció entre las enfermedades de espondiloartrosis de columna lumbar e hipoacusia y las labores relatadas por el accionante, “conspira contra la coherencia del resolutorio”.

El TSJ remarcó que ello así, máxime que para decidir el a quo “se inmiscuye en una ciencia ajena a su saber jurídico y cuando las falencias que encuentra (falta de explicación de la exclusión del factor del peso en la patología columnaria y de justificación en torno a la posibilidad de pérdida auditiva por exposición a un nivel sonoro inferior a los 85 db.) pudo, en todo caso, salvarlas, requiriendo al perito interviniente aclaraciones y/o ampliaciones (art. 60 Código Procesal del Trabajo) o ejercer la facultad prevista en el art. 40 ib., antes que resignar la búsqueda de la verdad real”.

Conclusión

En consecuencia, el Alto Cuerpo concluyó que si la médica verificó las enfermedades y las relacionó directamente con las actividades desempeñadas por más de 20 años -mecánica pesada, reparación, armado y desarmado de caja y motor de colectivos-, su dictamen no fue desvirtuado por otra prueba de igual entidad, por lo que la solución apoyada en esta instancia se compadece con las propias reglas de la experiencia, careciendo de toda relevancia lo argumentado por el a quo, a saber no haber demostrado estar expuesto a vibraciones de cuerpo entero y la ausencia de pericia técnica que corrobore los niveles sonoros, etc.

En definitiva, el TSJ resolvió incluir en la condena los porcentajes establecidos en la pericia oficial para la espondiloartrosis de columna lumbar (8%), la hipoacusia bilateral (5,50%) y el correspondiente a factores de ponderación (12% x 13,5%=1,62%).

Autos: "Díaz Claudio Rubén c/ Instituto Autárquico Provincial del Seguro de Entre Ríos - Ordinario - Enfermedad Accidente (Ley de Riesgos)" - Recurso de Casación – 3295792