El Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, integrado por los jueces Roberto Falcone, Nicolás Toselli y Marcelo Fernando Machado Pelloni, impuso fuertes condenas y ordenó resarcimientos millonarios en beneficio de un grupo de personas que fueron víctimas de una secta.
Los hechos ocurrieron en el denominado Hotel City, un establecimiento turístico del centro marplatense, desde donde actuaba una organización criminal que –bajo la pantalla de un instituto de yoga- captaba y acogía fieles con la finalidad de explotarlos laboralmente y reducirlos a la servidumbre. Además, en el interior de la banda, que tenía características de secta, las víctimas sufrieron abusos deshonestos y violaciones y todo tipo de tormentos.
Los acusados Silvia Cristina Capossiello, Sinecio de Jesús Coronado Acurero y Luis Antonio Fanesi fueron condenados a penas de 25, 14 y 6 años de prisión, respectivamente.
Capossiello fue encontrada culpable del delito de trata de personas bajo la modalidad de captación y acogimiento con fines de explotación laboral y reducción a la servidumbre agravado y partícipe necesaria de violación reiterada agravada, entre otros delitos.
“Queda en evidencia el alto grado de manipulación al que eran sometidas las víctimas de esta secta criminal, quienes lejos de poder tomar dimensión de las atrocidades vividas eran cargadas con un sentimiento de culpa y aceptación de los castigos por fallarle al gurú”, dijo el fiscal Carlos Fioriti durante el alegato.
El tribunal ordenó reparar a dos de las víctimas por la suma de 30 millones de pesos y dispuso que otras dos deberán recibir entre 10 y 15 millones de pesos. “Dichas sumas, al constituir una deuda de valor, devengarán un interés, a partir de este decisorio, conforme a la tasa activa para operaciones de préstamos que cobre el Banco de la Nación Argentina”, aclaró el veredicto.
Por otro lado, los magistrados ordenaron el decomiso del inmueble del Hotel City, dos departamentos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un vehículo Alfa Romeo 145, dos motorhome Mercedes-Benz, el dinero secuestrado durante la instrucción de la causa ($249.500 además de algunos dólares y pesos bolivianos), todo sumado a los montos dinerarios existentes en cuentas de bancos de Nueva York y Andorra. Aquellos bienes decomisados, explicitó el veredicto, deberán dar cumplimiento a las reparaciones ordenadas.
Vulnerables
Los imputados captaron y acogieron a personas en situación de vulnerabilidad -con problemas afectivos, de contención emocional o económicos- con el objetivo de reducirlas a servidumbre y explotarlas laboral y económicamente. Sin vínculos y sin bienes propios, “se lograba así un proceso de despersonalización que las llevaba a no poder tomar decisiones” una -en definitiva- muestra clara de la situación de servidumbre a las que se vieron sometidas”, indicó el fiscal en su alegato.
De acuerdo con la investigación, Eduardo Nicosia -fallecido- resultó ser el fundador de la congregación, una suerte de guía espiritual, principal administrador y organizador de la actividad delictiva. En ese contexto de explotación, Nicosia sometió a integrantes de la congregación y a los miembros de su grupo familiar a delitos contra la integridad sexual. Esas conductas, las llevó a cabo con la complicidad de su entonces pareja. Fruto de algunos de esos abusos, Nicosia tuvo 14 hijos, los que, salvo un caso, fueron inscriptos o registrados como hijos biológicos de otros miembros de la congregación